Foto: Gerardo Iratchet.-
En una jornada cargada de fe, historia y compromiso social, el arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez, presidió la homilía central por la Fiesta de la Virgen de la Merced 2025, patrona de la provincia y protectora de la Patria, en coincidencia con un nuevo aniversario de la Batalla de Tucumán. La misa se desarrolló en la Plaza Independencia*, con el imponente marco de la Iglesia Catedral de fondo y la explanada completamente colmada de fieles que participaron con profunda devoción.
Durante la celebración, Sánchez recordó que la Virgen de la Merced ha acompañado al pueblo tucumano desde los orígenes de la ciudad, en Ibatín, y que su intercesión fue decisiva en la histórica batalla de 1812, cuando Manuel Belgrano y el Ejército del Norte se encomendaron a ella en un contexto de inferioridad militar. “Ella es la que intercedió ante la súplica de Manuel Belgrano, de las tropas del Ejército del Norte y de todo el pueblo tucumano para la victoria en la Batalla de Tucumán”, expresó. Y agregó: “Una batalla que amenazaba derrota por la desigualdad de soldados, fuerzas y armamentos, pero tan poderosa por la esperanza en la ayuda sobrenatural de Dios y de la Virgen, y la valentía, creatividad y sacrificio de todos”.
El arzobispo trazó un paralelo entre los desafíos del pasado y los actuales: “Hoy también necesitamos depositar nuestra esperanza en Dios y en la Virgen, y poner todo de nosotros mismos para presentar batalla contra la ambición desmedida, el egoísmo asfixiante, la desigualdad y pobreza escandalosa, la agresión al hermano, las adicciones que matan vidas, esperanzas y proyectos”.
Foto: David Costas.-
En el marco del Año Santo del Jubileo de la Esperanza, Sánchez destacó que María es “peregrina de esperanza porque nos trae a Jesús, nuestra única esperanza”. En ese sentido, afirmó que “María no es una espectadora; es discípula humilde, madre comprometida y compañera fiel del camino de sus hijos”.
El prelado subrayó que la fe no debe quedar solo en la devoción, sino traducirse en compromiso concreto: “También tenemos que ser misioneros de esperanza, con gestos y actitudes concretas de cercanía, compasión, consuelo, misericordia y compromiso solidario fraterno”.
La celebración contó con la presencia del cardenal Luis Villalba, quien celebró sus 65 años de sacerdocio, además de autoridades provinciales y municipales. En su mensaje, Sánchez resaltó la importancia de caminar juntos como pueblo, sosteniendo la fe y la esperanza en medio de las dificultades sociales y económicas que atraviesa la Argentina. “Que en esta fiesta no volvamos a casa igual. Que algo cambie en nosotros. Que Jesús, esperanza nuestra, nos renueve el corazón. Que María, madre de esperanza, nos abrace y nos enseñe a esperar”.
Al finalizar la homilía, la multitud que cubría la plaza se puso de pie y, al unísono, todos los presentes aplaudieron con fuerza, en un gesto de fe compartida y esperanza renovada bajo la mirada de la Virgen de la Merced.
Foto: David Costas.-