
El resultado de las elecciones habilitaría a que la economía de febrero 2026 en adelante sea muy diferente de la del período mayo-noviembre 2025. ¡Habilitaría a que la economía crezca!
El gobierno de Milei realizó un ajuste económico que acomodó una gran parte de las variables económicas. Eso implicó un fuerte golpe al bolsillo, golpe del que empezamos a recuperarnos, pero la recuperación frenó alrededor de abril de 2025. Ahora se abre la posibilidad de volver a crecer.
Me gusta resumirlo así: imaginen que estábamos en un tercer piso, el ajuste al asumir Milei implicó que el poder de compra caiga hasta el subsuelo. Luego, lentamente, empezamos a subir la escalera, pasito a pasito, hasta un primer o segundo piso. Desde abril nos quedamos ahí, en ese nivel, el modelo no dio para más. La prioridad fue controlar la inflación y pisar el dólar, y eso dejó a la economía estancada. La elección fue un espaldarazo político del pueblo argentino a la gestión del Presidente, y habilita a la economía a seguir creciendo si se ajuste el modelo. Puede haber un pequeño sacudón en la macro, pero el camino va a ser de crecimiento.
Espero que:
Las tasas de interés abismales que tuvimos estos meses empiecen a bajar fuertemente en el futuro cercano. Esto desahogará a familias endeudadas, favorecerá el crédito, y con ello la inversión y la generación de puestos de trabajo.
El dólar. De cortísimo plazo, ya bajó. Cotizaba a 1590 en la bolsa, y a la noche del domingo de elecciones ya está en 1465, ya bajó. De mediano plazo: El gobierno va a poder elegir. Si elige un dólar bajo seguiremos escuchando las discusiones sobre si debe subir o no. Ojalá el gobierno elija un dólar que vaya de 1450 para arriba. Pero podemos descartar esos dólares de 2000 o más que algunos decían. Un buen dólar para la economía sería uno entre 1500 y 1700. Con el respaldo político del pueblo argentino, y de EEUU, tendrá espalda para manejarlo. Siempre apuntando a que con el tiempo el precio de la divisa flote, pero acompañando el proceso. Cuánto más flote libremente, mejor, pero a su tiempo. Un dólar de 1500 a 1700 es cercano al promedio histórico desde 1990 a la fecha, no es un dólar de quebranto para los que hacen comercio exterior, y evitaría que muchos estén especulando con que puede subir. Si el dólar baja de 1400 el mercado interno volverá a sentir la presión de la competencia, y la exportación se complicará.
Si el gobierno permite que el dólar suba un poco (haya por diciembre tal vez?) habrá algo más de inflación por un par de meses. Pero el camino de baja de la inflación está asegurado. A mediados de 2026 seguro estaremos por 1% mensual.
Cuando la economía arranque los salarios volverán a ganarle a la inflación.
Si estás en un sector económico que produce un bien que también se puede importar, preocupate (textiles por ejemplo). Las importaciones seguirán llegando, habrá más liberalización, tenés que estar listo para competir. ¡O cambiar de rubro!.
Si estás en los sectores de energía, minería, campo, economía del conocimiento, áreas relacionadas a estos sectores, o servicios intensivos en capital humano, alégrate. Todo eso va a crecer con fuerza.
Milei puede elegir. El pueblo no le dio un cheque en blanco para que haga lo que sea ahora, pero si le dio “un changüí” más: “Te bancamos el ajuste, pero es la última vez, ahora queremos crecer”, creo que le dijeron. Si el Presidente se permite hacer alianzas y armar mayorías, podrá lograr reformas que acelerarán todos los avances económicos y el apoyo internacional. Si vuelve a encerrarse en su grupo más chico, todas las consecuencias económicas descriptas más arriba irán más despacio.
El autor de esta columna es economista, Director de Políticas Públicas de la Fundación Federalismo y Libertad. Consultor para el sector público y privado. Socio de Pizavil.