El pasado 29 de septiembre se presentó el plan de paz para poner fin al conflicto en Gaza, emitido desde la cuenta oficial de la Casa Blanca y elaborado por el presidente Donald J. Trump. Con ello, se reabre el debate sobre el rol de Estados Unidos en Medio Oriente y su capacidad de influencia y mediación en uno de los conflictos más prolongados y sensibles del escenario internacional.
La iniciativa de Trump es vista por una parte de la comunidad internacional como un avance diplomático de gran peso. Sin embargo, Hamás plantea dudas y temores frente a la posible desprotección de los intereses palestinos.
En resumidas palabras, el plan se apoya principalmente en un alto al fuego inmediato, la creación de un gobierno provisional palestino, una junta de paz, ayuda humanitaria y un proceso de desmilitarización y desradicalización, con la promesa de abrir una vía hacia la autodeterminación palestina y su condición de Estado.
El plan, además de tener implicancias políticas y humanitarias, impacta directamente en la imagen de Trump, al situarlo en el centro del tablero diplomático y proyectarlo como un líder que busca reafirmar la influencia internacional de Estados Unidos. No obstante, enfrenta desafíos serios: la desconfianza de Hamás, la percepción de parcialidad a favor de Israel y las dificultades de implementación en un contexto tan volátil como el de Gaza.
Según una portavoz del gobierno israelí, el cese al fuego entrará en vigencia este viernes. Trump anunció en la noche del miércoles que Israel y Hamás acordaron la primera fase de su plan de paz para Gaza, un paso importante hacia lo que podría ser el “fin” del conflicto palestino-israelí.
Los gobiernos de Qatar, Estados Unidos, Israel y el grupo Hamás confirmaron este miércoles (08.10.2025) que lograron un acuerdo para la primera fase del alto al fuego, que será firmado en Egipto. “Los mediadores anuncian que esta noche se alcanzó un acuerdo sobre todas las previsiones y mecanismos de implementación de la primera fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza, que llevará al fin de la guerra, la liberación de los rehenes israelíes y los prisioneros palestinos, y el ingreso de ayuda humanitaria”, indicó en X Majed al Ansari, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que convocará a su gobierno para ratificar el acuerdo, y agradeció a Trump su compromiso para liberar a los rehenes y facilitar la reconstrucción de la Franja palestina.
El anuncio marca un punto de inflexión, pero también un momento de prueba. El éxito del plan dependerá de la capacidad de ambas partes —y de los mediadores internacionales— para sostener el diálogo y garantizar que este alto al fuego no sea momentáneo, sino el inicio de una paz duradera.
* El autor de esta nota es Licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad de San Pablo-T
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