El entonces gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo (hoy de licencia por ser candidato a diputado nacional), se tomó unos días sin dejar resuelto un asunto menor: qué pasará con el destino de la delegada comunal de Las Cejas, Cristina Contreras, que junto a su esposo, el ex comisionado Hugo Alfredo Lazarte, gobiernan esa comuna de 4.800 habitantes como si se tratara de un reinado por turnos.
Cuando Enrique Romero empezó a denunciar las anomalías que había descubierto, pocos le creyeron. Pero cuando los papeles comenzaron a circular y la prensa empezó a prestarle atención, los políticos tucumanos se pusieron nerviosos.
Romero, ex director de Transporte de la capital durante la gestión de Germán Alfaro, le llevó pruebas al propio candidato peronista de lo que estaba investigando. Vecinos, hartos de no poder llegar al poder porque, según dicen, Contreras tiene padrinos, recurrieron a él y a las redes sociales para denunciar. Además, otros llegaron hasta la propia justicia.
Al principio, Jaldo dijo que no sabía nada, que desconocía si había expedientes. Luego reculó, pero volvió a meter la pata: junto a su ministro del Interior, Darío Monteros (señalado como su protector político) defendieron a Contreras y apelaron al clásico libreto: “Hay que esperar a que la justicia se expida”.
Bueno, la Justicia habló. O al menos fijó fecha: el juez Antonio Gutiérrez determinó que el juicio oral y público contra Cristina Mabel Contreras se realizará los días 28 y 29 de abril de 2026, en el marco de una causa que se inició en 2018 por denuncias de exempleados de la comuna por la retención ilegal de parte de sus haberes.
La investigación fue elevada a juicio en 2024 a pedido del fiscal Diego López Ávila y con aval del juez Raúl Armando Cardozo. Contreras está acusada de una combinación de delitos que haría sonrojar a cualquier funcionario: extorsión, abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionaria pública y dos hechos de estafa.
Los hechos que analizará el tribunal describen un modus operandi que mezcla autoritarismo y descaro. Según la acusación, entre 2016 y 2018 obligó a empleados comunales a entregar parte de sus sueldos si querían conservar el trabajo. En algunos casos, directamente se quedaba con las tarjetas de débito y hacía extracciones desde un cajero automático en Maipú 70, en pleno centro de la capital. Una de las víctimas, Mónica Dolores Risso, llegó a recibir apenas $3.000 de un sueldo de casi $15.000.
La defensa de Contreras, a cargo del abogado Gustavo Morales, presentó en 2023 un acta notarial con la retractación de uno de los denunciantes, pero el juez aclaró que los delitos son de acción pública y la causa sigue su curso.
Como si eso fuera poco, Contreras también enfrenta una investigación del Tribunal de Cuentas por el presunto uso de fondos de la comuna para construir una vivienda particular en El Cadillal. Las facturas de materiales, curiosamente, fueron emitidas a nombre de la comuna, pero no aparecen en las rendiciones oficiales.
Y mientras tanto, Jaldo observa desde otro costado del poder. Como candidato, evita dar señales y deja en manos del vicegobernador a cargo del Ejecutivo, Miguel Acevedo, la decisión sobre qué hacer. Es más: a los propios opositores, especialmente a los legisladores, Jaldo invitó a que sean ellos mismos quienes impulsen el apartamiento desde la Legislatura. En criollo, se lavó las manos como Poncio Pilato.
Algunos analistas interpretan esta actitud como una forma de cuidar a los suyos y no enviar más señales de ruptura con los delegados comunales, al menos hasta que pasen las elecciones del domingo. ¿Será que espera que llegue el 26 de octubre para “ordenar la casa”?. Por mucho menos, el gobernador apartó a otros dos delegados a los que les pesa acusaciones. Pero con Contreras, parece que el pulso tiembla.
En Las Cejas, mientras tanto, las calles siguen siendo de tierra y en algunos barrios la luz brilla por su ausencia. Las denuncias se acumulan tanto como los años de gestión.
¿Quién la protege? ¿Quién la apadrina?
En Las Cejas, el poder sigue maquillado… y con las cejas perfectamente delineadas.