El próximo lunes vence el decreto firmado en enero por la vicepresidenta Victoria Villarruel por el cual fueron congeladas las dietas de los senadores nacionales. De no haber un acuerdo entre los distintos bloques para prorrogar la vigencia de ese instrumento, a partir de abril los integrantes de la Cámara Alta pasarán a cobrar más de $ 9 millones, una suma obscena, que equivale a 25 jubilaciones mínimas.
Según publicó este miércoles el diario Clarín, la vicepresidenta, como titular del Senado, ya advirtió que en esta oportunidad no podrá interferir para evitar el “tarifazo”, a diferencia de lo sucedido a principios de año, debido a que al estar dentro del período de sesiones ordinarias, que arrancó el 1° de marzo, la decisión queda exclusivamente en mano de los legisladores.
Hasta el momento sólo dos senadores presentaron una nota pidiendo que no se aplique la actualización de los sueldos: el cordobés José Luis Juez (PRO) y el santacruceño José Carambia. Sin embargo, la medida es imposible de instrumentar desde el punto de vista administrativo, por lo cual los senadores sólo pueden pedir que se donen sus sueldos.
La polémica por los sueldos de los senadores quedó instalada a partir del momento que la fijaron en 2.500 módulos, que es el sistema utilizado para definir los sueldos de los empleados del Congreso, más 1.000 módulos por gastos de representación y 500 por desarraigo. En consecuencia, al actualizarse la paritaria de los empleados legislativos aumenta automáticamente las dietas de los senadores.
Si bien no recibirán aumentos retroactivos, desde abril los sueldos de los senadores se van a calcular sobre los módulos actualizados y superarán así los $9 millones brutos. Es que recibirán el aumento de 6,6% otorgado en julio y agosto. Vale recordar que la Cámara Alta suspendió ese aumento para congelar los sueldos hasta el 31 de diciembre, en una votación que se hizo en agosto que terminó con 65 votos positivos.
Pero a ese porcentaje de aumento hay que agregarle el 6,13% correspondiente al último trimestre de 2024. A todo esto, se suma que este año los senadores recibieron en enero el sueldo 13, una suerte de salario anual complementario, que asciende a $2,5 millones.
Villarruel ya advirtió a los senadores que su intención es mantener las dietas congeladas en sintonía "con el esfuerzo que viene haciendo el Ejecutivo", dijeron desde el entorno de la vicepresidenta.
A fines del año pasado ya se había dado una situación similar, cuando el 31 de diciembre venció la resolución que impedía los aumentos. Villarruel buscó que los legisladores lo traten en el recinto, pero ante la falta de acuerdo terminó prorrogando el congelamiento de las dietas mediante un decreto que caducará el lunes.
Ahora para renovar la medida, los senadores deberán aprobarlo en el recinto y la próxima sesión está convocada para el próximo jueves cuando se tratarán los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla propuestos para la Corte Suprema de Justicia, un tema que ya genera tensiones en la oposición luego de que el presidente Javier Milei avanzará con la designación por decreto de ambos candidatos.
A la situación generada por los sueldos de los senadores se agrega el reclamo de los trabajadores legislativos que desde diciembre de 2023 a fines del año pasado vieron una pérdida de más del 65 % respecto de la inflación. Actualmente, la Asociación del Personal Legislativo (APL), el gremio que comanda Norberto Di Próspero, líder del principal sindicato en el Congreso, está en la negociación paritaria, pero entre los trabajadores no hay demasiada expectativa porque estima que la mejora se ubicará en 1,2 %, que de concretarse también alcanzará a los legisladores.
(Con información del diario Clarín).