
La Cámara Federal de Casación Penal resolvió convocar a los jueces del Tribunal Oral Federal N°7 —a cargo del juicio por la causa conocida como los Cuadernos de las Coimas— para exigirles que aceleren el proceso. El tribunal superior pretende que las audiencias del proceso, que tiene a la expresidenta Cristina Kirchner como principal imputada como jefa de una asociación ilícita, se realicen al menos tres veces por semana, de manera presencial y sin interrupciones durante la feria judicial de verano.
Según publicó el diario La Nación, la decisión fue adoptada por los jueces que presiden cada una de las salas de la Casación junto con su titular, Daniel Petrone, durante un Acuerdo de Superintendencia celebrado este martes. La medida busca imprimirle mayor celeridad al debate oral del caso de corrupción más grande del país.
Los camaristas manifestaron su preocupación por el ritmo actual del juicio, que se desarrolla solo una vez por semana y por videoconferencia, los días jueves. Si no se modificara el esquema, recién a partir de marzo de 2026 se incorporaría un segundo día de audiencia.
Entre las razones de la convocatoria, los jueces mencionaron también problemas de formalidad en las audiencias virtuales. Durante una de las últimas sesiones por Zoom, el empresario Alberto Padoán, de Vicentin, apareció acostado, en pijama y comiendo helado, mientras que el exministro Julio De Vido fue visto comiendo frente a cámara. En tanto, Cristina Kirchner tuvo que ser reprendida debido a que evitaba ser captada por la cámara del dispositivo mediante el cual estaba conectada.

La resolución fue impulsada por los jueces Gustavo Hornos, Ángela Ledesma, Carlos Mahiques, Mariano Borinsky y el propio Petrone. En tanto, el juez Diego Barroetaveña, titular de la Sala I, no participó por encontrarse en el Consejo de la Magistratura, donde actúa como acusador en el jury contra el juez Martín Poderti.
La convocatoria formal a los jueces del TOF 7 —Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli— se fijó para el martes 18 de noviembre, en la Sala de Acuerdos de Casación. Según el acta oficial, el encuentro tiene como objetivo “conocer las herramientas necesarias que se pueden adoptar desde la Cámara, para coadyuvar con mayor eficacia, eficiencia, celeridad e inmediación en el trámite del caso Cuadernos de las Coimas”.
Entre las medidas en análisis se encuentran:
Aumentar a tres las audiencias semanales,
Realizarlas de forma presencial en una sala de Comodoro Py —posiblemente la Sala AMIA, que está en proceso de remodelación—,
Y levantar la feria judicial de verano, para evitar que el juicio se detenga durante enero.
Las obras en la Sala AMIA —con capacidad para 200 personas y equipada con tecnología para transmisión y exhibición de pruebas audiovisuales— podrían finalizar a fines de noviembre, aunque no se descarta que la inauguración se postergue hasta diciembre.
Casación aclaró que, como tribunal de superintendencia, no puede imponer directamente la modalidad de trabajo, aunque instó a los jueces del TOF 7 a adoptar medidas que garanticen la celeridad y la presencialidad del juicio.
La preocupación por la lentitud del proceso también es compartida por la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de la Magistratura y la propia Casación, que ya habían manifestado inquietud ante las demoras del debate, en el que están imputados Cristina Kirchner y otros 86 acusados.
El tribunal oral no había solicitado recursos adicionales ni una nueva sala para acelerar el juicio, lo que quedó asentado en un acta. Sin embargo, la Casación ya había dispuesto medidas similares en otras causas de corrupción, como la Ruta del Dinero K, donde ordenó sesionar tres veces por semana.
La decisión de avanzar con audiencias más frecuentes y presenciales surge luego de que los jueces Hornos, Borinsky, Petrone y Barroetaveña coincidieran en que la virtualidad prolongada y la escasa frecuencia de las audiencias podían afectar el derecho de defensa y la transparencia del proceso.
En agosto pasado, la Casación ya había advertido que el formato remoto “podría extender innecesariamente el juicio y debilitar las garantías procesales”. Por eso, al persistir el ritmo lento del debate, el tribunal decidió convocar a los jueces del TOF 7 para exigir un cambio de modalidad y mayor celeridad.