
Noticias Argentinas difundió que China bloqueó públicamente la posibilidad de que Japón avance hacia un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, luego de que la primera ministra Sanae Takaichi realizara declaraciones sobre Taiwán que Beijing calificó de “extremadamente erróneas y peligrosas”.
Durante el debate anual de la Asamblea General sobre la reforma del Consejo de Seguridad, Fu Cong, representante permanente de China ante la ONU, afirmó que las declaraciones de Takaichi constituyen una grave injerencia en los asuntos internos de China, además de una violación del principio de “una sola China” y del espíritu de los cuatro documentos políticos firmados entre ambos países.
Fu sostuvo que dichas expresiones son una afrenta a la justicia internacional, al orden internacional de posguerra y a las normas básicas de las relaciones internacionales, y agregó que representan una ruptura flagrante del compromiso de Japón con el desarrollo pacífico. Concluyó que un país así carece totalmente de las aptitudes necesarias para aspirar a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.
Más tarde, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, reiteró este rechazo en una conferencia de prensa. Recordó que, según la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad principal de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Mao subrayó que durante la Segunda Guerra Mundial, Japón desató una guerra de agresión que causó profundos desastres en Asia y en el mundo, y afirmó que Japón no ha reflexionado a fondo sobre sus crímenes de guerra. Señaló que aún hoy existen sectores que promueven una visión distorsionada del conflicto, visitan el santuario Yasukuni y niegan o glorifican su historia de agresión.
La vocera añadió que las recientes declaraciones de Takaichi sobre Taiwán constituyen una interferencia brutal en los asuntos internos de China, además de vulnerar el derecho internacional y las normas fundamentales de las relaciones entre Estados.
Mao concluyó, en sintonía con el representante chino ante la ONU, que un país que actúa de esa manera no puede asumir la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales y no está cualificado para ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad.