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CUMBRE EN TUCUMÁN

"Utilizar subproductos de la industria del etanol fortalece la seguridad alimentaria"

En su exposición vía Zoom en la cumbre “Energía Cultivada”, la representante del Mercosur para el Congreso de Granos de Estados Unidos, Beatriz Ferreira Pupo, destacó el crecimiento del bioetanol en el país del norte, su impacto en la descarbonización, los beneficios económicos para los conductores y su contribución a la cadena alimentaria mediante subproductos.

Por Tendencia de noticias

23 jul, 2025 10:21 a. m. Actualizado: 23 jul, 2025 10:21 a. m. AR
"Utilizar subproductos de la industria del etanol fortalece la seguridad alimentaria"

Durante la jornada “Energía Cultivada: El Bioetanol en el Desarrollo del NOA”, realizada en el Hotel Catalinas, Beatriz Ferreira Pupo, representante del Mercosur para el Congreso de Granos de Estados Unidos, ofreció una disertación vía Zoom sobre la experiencia del bioetanol en ese país. En su exposición, destacó el crecimiento sostenido de la industria, su rol en la economía circular y la seguridad alimentaria, y los beneficios económicos y ambientales del bioetanol, que se posiciona como un combustible abundante, asequible, sostenible y compatible, con un impacto positivo que trasciende el transporte terrestre.


Ferreira Pupo abrió su intervención con un panorama global: “En los últimos cinco años, la producción de bioetanol ha crecido un promedio de cerca del 4%, alcanzando 120.000 millones de litros. Creemos que hay espacio para seguir creciendo. Hoy, la producción está muy concentrada en Estados Unidos, seguido por Brasil, India y la Unión Europea, que juntos representan el 90% de la producción mundial”. En EE.UU., la industria marcó un hito en 2025: “Fue un año exitoso porque la producción se igualó a un récord de 61.000 millones de litros, con una capacidad instalada de 69.000 millones. Iowa es el principal productor, con más de 40 plantas”.


La experta destacó la política que impulsó este crecimiento: “En 2025 celebramos 20 años del Renewable Fuel Standard (RFS), la política pública que creó valor para el sector agrícola estadounidense. Las refinerías mezclan cada vez mayores volúmenes de biocombustibles”. Este marco permitió un aumento progresivo del corte E15 (15% etanol, 85% gasolina), que alcanzó “una cifra récord de 5.000 millones de litros en 2024”, con más de 4.200 estaciones de servicio ofreciendo E85 en 44 estados, especialmente en California, donde las ventas superaron los 400 millones de litros.


Beneficios económicos y ambientales


Ferreira Pupo subrayó los beneficios económicos del bioetanol: “Es un producto más económico para los conductores. En EE.UU., el bioetanol es un biocombustible de bajo carbono y alto octanaje, lo que reduce los costos en comparación con la gasolina pura”. Además, destacó su rol en la descarbonización: “Los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero e incentivos financieros han impulsado el sector. La participación del bioetanol en la demanda total de gasolina es del 6% a nivel global, pero en EE.UU. es mucho mayor gracias a las mezclas como E15 y E85”.


En el contexto latinoamericano, señaló oportunidades: “El lento ritmo de electrificación en comparación con otras regiones significa que hay espacio para que el uso del bioetanol siga creciendo, no solo en el transporte terrestre, sino también en el marítimo y aéreo”. Ferreira Pupo enfatizó la compatibilidad del bioetanol: “Es un combustible renovable que depende de la disponibilidad de materia prima en cada país, con décadas de infraestructura y logística que lo respaldan”.


Uno de los puntos más destacados de la disertación fue la relación del bioetanol con la economía circular y la cadena alimentaria: “Las plantas estadounidenses no solo suministran un biocombustible de bajo carbono, sino que son uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos para aves y ganado. Los subproductos, como la burlanda, contribuyen a la diversificación de las fuentes de alimentación animal, reduciendo la dependencia de productos agrícolas”. En 2024, EE.UU. exportó más de 2 millones de toneladas métricas de estos subproductos a 50 países, fortaleciendo la seguridad alimentaria global: “No está comprometida la seguridad alimentaria mundial; al contrario, se fortalece”.


Ferreira Pupo explicó cómo el bioetanol promueve la economía circular: “Utilizar subproductos de la industria del etanol, como el óleo de maíz para biodiesel, reduce el desperdicio y aumenta la eficiencia en el uso de residuos agrícolas. Esto no solo es económico, sino que ayuda a reducir costos de producción animal y fortalece la seguridad alimentaria”. Además, destacó la sostenibilidad del sector: “El bioetanol se produce a partir de productos agrícolas, y los agricultores priorizan la salud del suelo, la gestión del nitrógeno y la energía para preservar los cultivos para futuras generaciones”.


Cuatro pilares


La experta resumió los pilares que sustentan el éxito del bioetanol en EE.UU.: “El bioetanol es abundante, asequible, sostenible y compatible. Es abundante porque tenemos 198 plantas en todo el país; asequible porque es más económico para los consumidores; sostenible porque se produce con prácticas agrícolas que cuidan el suelo; y compatible porque se integra a la infraestructura existente y tiene aplicaciones en transporte terrestre, marítimo y aéreo”.


La disertación de Ferreira Pupo resonó en la cumbre “Energía Cultivada” como un ejemplo inspirador para el sector sucroalcoholero del NOA. Su descripción del éxito estadounidense, basado en políticas públicas como el RFS, el aumento de los cortes de etanol y la integración con la economía circular, reforzó la importancia de un marco regulatorio claro y ambicioso para potenciar el bioetanol en Argentina. “El bioetanol no solo es un combustible renovable, sino un motor para el desarrollo agrícola, económico y ambiental”, afirmó, dejando un mensaje claro: el NOA tiene el potencial de replicar este modelo, fortaleciendo sus economías regionales y contribuyendo a la descarbonización global.

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