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APUESTA Y OPORTUNIDAD

El café emerge como la "nueva luz" agrícola de Tucumán

Un informe de la Fundación Federalismo y Libertad destaca el potencial de la caficultura en la llanura pedemontana de Tucumán como alternativa frente a la crisis de los sectores agroindustriales tradicionales. Con condiciones ideales para el cultivo de café arábica, la provincia podría sustituir importaciones por US$ 18-33 millones, generar empleo intensivo y posicionarse en mercados de alta calidad, respaldada por un convenio con la firma Cabrales S.A. y el apoyo de instituciones locales.

Por Tendencia de noticias

19 jul, 2025 11:48 a. m. Actualizado: 19 jul, 2025 11:49 a. m. AR
El café emerge como la "nueva luz" agrícola de Tucumán

PROYECTO LOCAL. Oscar Velasco Imbaud produce café 100% tucumano en su finca.

Un reciente informe de la Fundación Federalismo y Libertad, presentado por Bernabé Salas Arón y dirigido por Pablo Agustín Pero, arroja luz sobre el prometedor futuro de la caficultura en la provincia de Tucumán, posicionándola como una alternativa estratégica frente a la crisis que atraviesan los sectores agroindustriales tradicionales. El documento, titulado "Café Tucumano. Análisis de una oportunidad", al que accedió Tendencia de Noticias, subraya el vasto potencial de la llanura pedemontana para el cultivo de café arábica, previendo una significativa sustitución de importaciones y la generación de empleo.


El panorama agroindustrial tucumano actual está "marcado por el pesimismo", con una "profunda caída en los precios internacionales" del complejo citrícola desde 2018 y una "gradual convergencia hacia los niveles previos, tanto en el mercado interno como en el externo, caracterizados por su escasa rentabilidad" en el sector azucarero. A su vez, los complejos cerealeros y oleaginosos "también enfrentan dificultades, en un contexto de precios internacionales deprimidos". En este escenario, el informe destaca que "la búsqueda de nuevos horizontes que permitan una mayor diversificación productiva —y, con ello, una menor vulnerabilidad frente a crisis sectoriales específicas— se presenta como una necesidad de primer orden para el tradicional sector agroindustrial tucumano, y la caficultura emerge como una nueva alternativa en este plano".


A pesar de que Argentina "nunca se caracterizó por ser una nación de producciones cafeteras relevantes" y que en el Censo Nacional Agropecuario de 2018 "tan sólo dos hectáreas estaban destinadas al cultivo de granos de café en todo el país", Tucumán se perfila como un enclave de oportunidad. La provincia posee actualmente "menos de 100 hectáreas cultivadas", pero "lo interesante es el potencial que posee la llanura pedemontana tucumana, de propiedades climáticas y áreas sombreadas de gran idoneidad para el cultivo de café". Hacia 2024, se contaban entre 15 y 22 pequeños productores, con parcelas de entre 0,25 y 1 hectárea, en localidades

como Tafí Viejo, Yerba Buena, Monteros, Alberdi y Famaillá.



El café emerge como la


El estudio identifica "la franja pedemontana de Tucumán, que va desde Tafí Viejo hasta La Cocha, como la zona con mayor aptitud para el cultivo". Esta región, situada "entre los 500 y 800 metros de altitud, presenta suelos con pendiente moderada, humedad ambiental y cobertura arbórea". Los ensayos en marcha "apuntan al desarrollo del café en sotobosque natural, con 50–60% de sombra, lo cual permite amortiguar las temperaturas extremas (que en verano pueden llegar a 45–46°C)". Se estima que existen "entre 8.000 y 9.000 hectáreas en esta región con potencial para un café de alta calidad". Estas hectáreas, cabe destacar, "corresponden a terreno sin explotaciones vigentes y representan entre el 2.5% y 3.5% del total abarcado por la llanura pedemontana tucumana".


El impacto económico del desarrollo cafetalero en Tucumán podría ser sustancial. Argentina importa anualmente US$ 145 millones en café en grano. El informe proyecta que si se implantara "sólo la mitad de estas (8.500 hectáreas disponibles) se podría producir entre 2250 y 4000 toneladas de café en grano, según distintos rendimientos por cultivo". Esto "equivaldría, considerando la misma calidad entre los potenciales granos de café producidos localmente y los importados, a una sustitución de importaciones por US$ 18 - 33 millones". Considerando que el país "consume —vía importación— entre 23.000 y 24.000 toneladas de café por año", la hipotética producción tucumana, "en condiciones ideales, podría suplir buena parte de estas". Las proyecciones más prudentes estiman que, en una fase inicial, los rendimientos locales oscilarían "entre 0,5 y 1 tonelada por hectárea (t/h)".


Más allá de lo económico, el sector cafetalero promete ser un motor de empleo. El documento enfatiza que "el cultivo de café se caracteriza por ser una actividad intensiva en mano de obra, en la que el factor trabajo predomina por sobre el capital". Un ejemplo elocuente de ello es que "en todas las regiones donde se produce café tipo Arábica, la cosecha se realiza de forma completamente manual, lo que requiere una considerable cantidad de trabajadores". Las "condiciones topográficas de las zonas aptas para este cultivo —de relieve irregular y difícil mecanización— refuerzan aún más la necesidad de intervención humana a lo largo de todo el proceso productivo".


Convenio y potencial


El impulso a la caficultura en Tucumán ya cuenta con el respaldo de actores clave. "A estos aspectos se suma un convenio firmado en abril de 2025 entre el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP) y la empresa Cabrales S.A., una de las principales firmas del rubro en el país". Este acuerdo es fundamental, ya que "prevé asistencia técnica, capacitación para productores y baristas, evaluaciones de calidad y mecanismos de trazabilidad". Además, "Cabrales comprometió financiamiento para el desarrollo del cultivo en la provincia y la compra de la producción futura". El proyecto es liderado por el IDEP, con apoyo técnico de instituciones de renombre como la Fundación Miguel Lillo, el INTA, la EEAOC y la Universidad Nacional de Tucumán.


Para dimensionar el potencial, el informe compara a Tucumán con referentes mundiales. Las condiciones agroecológicas de la zona pedemontana tucumana, especialmente en Tafí Viejo, Lules y alrededores, "guardan notables similitudes con las regiones cafeteras de mayor prestigio a nivel mundial". Con altitudes que "oscilan entre los 600 y 1.200 metros, sumadas a temperaturas medias anuales moderadas (entre 17 y 23°C) y un régimen de lluvias que puede superar los 1.200 mm anuales con buena distribución estacional", Tucumán presenta un entorno apto "tanto para una producción tecnificada de rendimiento medio-alto como para el desarrollo de cafés especiales de alta calidad". Esto permite vislumbrar a Tucumán no solo con viabilidad productiva, sino también "con potencial para posicionarse en nichos diferenciados de valor agregado, tal como lo han logrado las regiones montañosas de Colombia".


En definitiva, el informe de la Fundación Federalismo y Libertad posiciona la caficultura en Tucumán como un horizonte de desarrollo productivo con un sólido respaldo técnico y estratégico, capaz de ofrecer una "nueva luz" para el sector agroindustrial provincial. Con el potencial de reducir importaciones, generar empleo y producir café de alta calidad, el 'Café Tucumano' podría convertirse en una pieza clave para la diversificación y resiliencia económica de la región.

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