Durante la cumbre “Energía Cultivada: El Bioetanol en el Desarrollo del NOA”, Catalina Rocchia Ferro, en representación de la Compañía Azucarera Los Balcanes (Ingenio La Florida), ofreció una exposición en el bloque temático “Los biocombustibles en la transición energética”. Su disertación resaltó el compromiso de la empresa familiar tucumana con el bioetanol como pilar económico y ambiental, al tiempo que hizo un fuerte llamado a evitar el libre mercado en el sector, defendiendo un corte obligatorio de bioetanol para garantizar la sostenibilidad de una industria que emplea a 54.000 personas en el NOA y sustituye importaciones de nafta.
Desde el inicio, Rocchia Ferro fue contundente sobre la regulación del bioetanol: “Hay que tener mucho cuidado con el libre mercado en general, porque no todos los negocios dan para libre mercado. Hay industrias que necesitan de la interacción con el Estado para poder subsistir, sobre todo por las 54.000 personas que operan en esta actividad y porque gracias a la producción de bioetanol tenés una sustitución directa de importación de naftas, con lo cual no tenés una salida de divisas hacia el extranjero”. En este sentido, abogó por un corte obligatorio: “No puede ser una cuestión de libre mercado, ese corte tiene que estar distribuido y la caña de azúcar necesariamente tiene que tener un 6%. Después iremos viendo según la capacidad de cómo podemos ir distribuyendo ese corte, pero es fundamental que el Estado proteja esa realidad”.
Una empresa familiar con visión sustentable
La empresaria detalló el perfil de la Compañía Azucarera Los Balcanes, una empresa familiar de capitales tucumanos fundada en 1994 por sus padres. “Somos propietarios y operamos los ingenios La Florida, Cruz Alta y Aguilares, una destilería de alcohol industrial y una planta productora de bioetanol. Manejamos alrededor de 30.000 hectáreas de cañaverales, con un sistema mixto: 20% de caña propia y 80% de productores cañeros. Tenemos un padrón de aproximadamente 320 productores cañeros, a muchos de los cuales les brindamos financiamiento para la plantación, nitrógeno, urea y herbicidas”, explicó. Este modelo, según destacó, fomenta una relación estrecha con los productores: “Tenemos un gran padrón de cañeros fieles con caña administrada”.
La empresa, que emplea a 1.600 trabajadores, se posiciona con una visión clara: “Nuestra visión es ser la compañía sucroenergética líder en la Argentina, produciendo alimentos de calidad y energías limpias de manera sustentable y ambientalmente responsable. Nuestro eslogan es ‘Creamos un mundo responsable con tu mundo’”. En 2024, Los Balcanes molieron 4.27 millones de toneladas de caña, representando el 25% de la molienda de Tucumán y el 17% del total nacional. Además, produjeron el 23% del alcohol hidratado de caña y el 26% del bioetanol de caña, que se vende a petroleras.
Infraestructura
Rocchia Ferro enfatizó las inversiones de Los Balcanes en sostenibilidad, particularmente en el tratamiento de la vinaza, un subproducto de la producción de bioetanol: “Por cada litro de alcohol se generan aproximadamente 15-16 litros de vinaza. Hemos invertido en un evaporador de quíntuple efecto que reduce la cantidad de vinaza a una relación de cinco a uno. Esa vinaza concentrada no se inventa en la fábrica, viene del campo. La convertimos en compost junto con la cachaza y la ceniza de bagazo capturada de las chimeneas, y la devolvemos al suelo a 7 km del Ingenio La Florida, devolviéndole al suelo lo que es del suelo”. La empresa también invirtió en infraestructura, como plantas de ceniza, filtros, una nueva destilería, un laboratorio central modelo, un concentrador de vinaza, una deshidratadora y una nueva caldera. En 2024, inauguraron una usina que entrega entre 9 y 12 megavatios-hora a la red, aprovechando el bagazo. Además, están implementando la reutilización de agua mediante circuitos cerrados y torres de enfriamiento en sus tres ingenios.
Rocchia Ferro subrayó que las inversiones de Los Balcanes en bioetanol comenzaron en 2006, con capital propio y sin financiamiento externo: “No son promesas, desde 2006 venimos invirtiendo nuestro tiempo, dinero y capitales. Esto es una realidad”. Concluyó con un llamado a consolidar el bioetanol como un pilar estratégico: “La producción de bioetanol sustituye importaciones, ahorra divisas y genera empleo. Necesitamos un corte obligatorio para proteger esta industria y pararnos en nuestros propios pies”.La exposición de Rocchia Ferro en “Energía Cultivada” no solo visibilizó el compromiso de Los Balcanes con la sostenibilidad y el desarrollo regional, sino que también reforzó la necesidad de políticas públicas que apoyen al sector sucroalcoholero, consolidando al NOA como un actor clave en la transición energética de Argentina.