Federico Pelli, candidato a diputado nacional en primer término por La Libertad Avanza en Tucumán, cuestionó duramente al oficialismo provincial tras un acto organizado por la Secretaría de Energía y el Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos de Tucumán (ERSEPT), en el que se entregaron electrodomésticos a vecinos afectados por cortes de luz.
El acto, que tenía como objetivo asistir a los damnificados por interrupciones en el servicio eléctrico, se realizó en un espacio adornado con afiches de campaña y presencia de candidatos del oficialismo, lo que generó fuertes críticas desde la oposición.
Pelli expresó su repudio a través de sus redes sociales, donde denunció que el evento se convirtió en “un acto de campaña disfrazado de gestión” y le apuntó al gobernador Osvaldo Jaldo, quien en octubre será candidato testimonial del peronismo: “Jaldo más kirchnerista que nunca”, arremetió.
El dirigente opositor acompañó su crítica con un artículo de Tendencia de Noticias titulado “Electrodomésticos, candidatos y afiches: cuando lo público se mezcla con la campaña”, donde se detalla lo ocurrido.
“Lo que tenía que ser un acto oficial del gobierno provincial (que es de todos los tucumanos) terminó siendo un acto de campaña de Jaldo y sus amigos. Esto es la casta. Esto es el kirchnerismo: usar recursos de los contribuyentes para favorecerse a ellos”, manifestó Pelli en su cuenta de X (antes Twitter).
Además, aprovechó para marcar diferencias de cara a las elecciones del próximo 26 de octubre, en las que buscará una banca en el Congreso Nacional. “Este 26 de octubre tenemos dos opciones: el kirchnerismo de Jaldo que lo único que busca es atrincherarse en el poder para enriquecerse a costa de los tucumanos o los que venimos a terminar con este modelo de decadencia y cambiar el país de una vez y para siempre. No aflojemos. Que el esfuerzo valga la pena. La Libertad Avanza o Argentina retrocede”, agregó.
Hasta el momento, desde el oficialismo no hubo una respuesta pública a los dichos del candidato liberal. El hecho vuelve a encender el debate sobre el uso de recursos públicos durante la campaña electoral y los límites entre la gestión y la propaganda.