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JORNADAS NACIONALES

Kemelmajer cuestionó el conservadurismo del Poder Judicial y apuntó contra “los jueces de agua”

Durante el cierre de las Jornadas por los 10 años del Código Civil y Comercial, la jurista Aída Kemelmajer de Carlucci cuestionó la pasividad de los magistrados en el desempeño de sus funciones y reivindicó un rol activo del juez, comprometido con la realidad. “El derecho no puede seguir pensando hacia atrás”, planteó.

Por Tendencia de noticias

08 ago, 2025 09:38 p. m. Actualizado: 09 ago, 2025 05:57 a. m. AR
Kemelmajer cuestionó el conservadurismo del Poder Judicial y apuntó contra “los jueces de agua”

Con una conferencia magistral a cargo de la destacada jurista Aída Kemelmajer de Carlucci, cerraron este viernes en la capital tucumana las Jornadas Nacionales por los 10 años de vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación, que durante tres días reunió a especialistas, académicos y profesionales de todo el país.


El evento, que se desarrolló en el Hotel Catalinas Park, de avenida Soldatti 380, fue organizado por el Consejo Asesor de la Magistratura (CAM), con el apoyo de distintas instituciones, entre estas la Universidad Nacional de Tucumán, el Colegio de Abogados de Tucumán y la Universidad San Pablo-T.


Durante el evento se realizaron conferencias, mesas temáticas y paneles interdisciplinarios, con la participación de jueces, abogados, docentes y estudiantes

En su exposición, Kamelmajer de Carlucci, una de las arquitectas del nuevo Código Civil y Comercial junto a otras figuras, como el ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien también disertó durante las Jornadas, expuso sobre el impacto que tuvo ese marco normativo en el derecho privado argentino. Además, cuestionó el conservadurismo en el Poder Judicial y criticó a los “jueces de agua” que obran con pasividad.


En su discurso, Kemelmajer destacó la importancia de hacer un balance a 10 años de la vigencia del Código Civil y Comercial. "En un mundo que gira cada vez más rápido, hacer estos balances que hemos hecho durante estos 3 días con todas estas preguntas, no solo era útil, sino que era urgente", afirmó. La jurista planteó la necesidad de entender dónde está parado el derecho privado, partiendo de la base de que “los últimos diez años han sido de "sobresaltos geopolíticos, económicos, de grandes avances tecnológicos”.



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Contra “los jueces de agua”



A continuación, Kemelmajer hizo una crítica al conservadurismo judicial, al señalar que el nuevo Código "rechaza esto de este 'siempre se hizo así'", como se escucha habitualmente en los pasillos de tribunales. "Este código no tiene voluntad de permanencia. No va a durar 150 años como el código de Vélez, lo hemos dicho siempre. Pero la reforma no puede ser constante", sostuvo. Y añadió que la solución es la "relectura de los textos" y una interpretación dinámica que permita a los jueces adaptarse a los nuevos problemas. En esa línea, citó a Cicerón: “Religión no es repetición, es relectura. También el derecho debe ser leído una y otra vez”, recordó.


En relación con los derechos fundamentales y la igualdad sustancial, Kemelmajer advirtió que “el derecho privado debe ser asumido como un derecho de las personas, de los ciudadanos, entendiendo ciudadanía no como la pertenencia a un Estado, sino como la síntesis de las libertades fundamentales”.


Citando al jurista italiano Guido Alpa, la expositora subrayó que la función del jurista es "hacer cosas", y añadió que el derecho privado debe ser asumido como un derecho de las personas. "Para que esta rama del derecho tenga futuro, es necesario que su tarea sea ponerse al servicio de la defensa y de las libertades y de la autonomía del particular en el contexto de la colectividad", enfatizó.


La jurista afirmó que esta es una "tarea ética, además de política y técnica". Como ejemplo de la importancia de la defensa de los derechos individuales frente a los colectivos, Kemelmajer de Carlucci mencionó una sentencia reciente de la Corte Constitucional Colombiana que protege el derecho de las mujeres indígenas a la interrupción voluntaria del embarazo, incluso en contra de las costumbres de su comunidad. "Tus derechos como grupo, claro que te los voy a respetar... pero pueden entrar en conflicto con los derechos de las personas que integran el grupo", destacó la jurista, al tiempo que planteó la pregunta de qué se debe priorizar.


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El rol del juez


La jurista también se refirió al rol del juez, a quien consideró como una figura central en el derecho actual. Hizo referencia a la polémica de Hans Kelsen con Carlos Cossio, y recordó que Kelsen aconsejaba: "No os dejéis seducir por el mito del legislador, más bien pensad en el juez, que es verdaderamente la figura central del derecho. Un ordenamiento jurídico se puede conservar sin leyes, pero no sin jueces".


En este sentido, Kemelmajer de Carlucci insistió en que el nuevo Código cree en los magistrados y en su "protagonismo activo" para dar respuestas a problemas nuevos. Al respecto, la profesional rechazó la figura del "juez de agua", que se limita a la aplicación literal de la ley. "Ese juez de agua no nos sirve, porque no tiene olor ni sabor, tiene que hacer cosas”, enfatizó. A continuación, expresó su satisfacción por la forma en que los jueces tucumanos están aplicando la función preventiva de la responsabilidad.


Entre los desafíos actuales, Kemelmajer citó el impacto de la inteligencia artificial, la perspectiva ambiental y el multiculturalismo. En ese marco, trajo a colación una sentencia reciente de la Corte Constitucional de Colombia, que reconoció el derecho de mujeres indígenas a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo aun cuando sus comunidades se opusieran. “Tengo que poner en equilibrio los derechos del individuo con los del grupo. No puedo permitir que el grupo contraríe esa autonomía”, planteó.


Finalmente, la jurista mendocina cerró con una nota poética y latinoamericanista, como es habitual en sus conferencias. Eligió como broche musical la canción Un son para Portinari, en la voz de Mercedes Sosa. “Representa lo que podemos hacer los latinoamericanos si nos unimos”, explicó. Y concluyó: “La única mano dura que aceptamos es la del arte, que denuncia la injusticia mucho antes que nosotros, los juristas”, reflexionó.

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