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UN SACERDOTE MARCADO POR EL AMOR Y LA FE

Falleció el padre Carlos Salica, el tucumano que tras enviudar dedicó su vida por completo a Dios

La comunidad católica de Tucumán despide al sacerdote que, luego de 46 años de matrimonio, decidió consagrarse al servicio pastoral tras la muerte de su esposa. Su historia, marcada por la fe, la entrega familiar y el compromiso con las comunidades más humildes, vuelve a conmover tras su fallecimiento este jueves.

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José Romero SilvaTendencia de noticias
14 nov, 2025 08:02 a. m. Actualizado: 14 nov, 2025 08:02 a. m. AR
Falleció el padre Carlos Salica, el tucumano que tras enviudar dedicó su vida por completo a Dios

El clero tucumano y numerosas comunidades parroquiales despidieron ayer, jueves, al padre Carlos Salica, quien falleció tras atravesar una enfermedad que afrontó con profunda fe y entrega espiritual. En sus últimos años se desempeñó como sacerdote en la Parroquia del Inmaculado Corazón de María, donde era reconocido por su cercanía, su sencillez y su dedicación pastoral.


La noticia de su muerte fue comunicada por la comunidad Tucumanos Católicos a través de redes sociales. En un posteo destacaron que Salica vivió sus últimos días “con mucha entrega a la voluntad de Dios” y recordaron una de sus frases más repetidas: “Todo pasa, sólo Jesús queda”. La publicación dio inicio a una cadena de mensajes cargados de afecto, agradecimiento y reconocimiento a su vida de servicio.


Nos unimos en oración por su eterno descanso y por la paz y consuelo de su familia, la comunidad parroquial del Inmaculado Corazón de María y el clero de la arquidiócesis de Tucumán. Descansa en paz padre, brille para vos la luz que no tiene fin”, expresaron desde el mismo espacio.


La parroquia donde ejercía su ministerio también confirmó la noticia y publicó un mensaje dirigido a los fieles:


“Queridos todos: descansa ya en el Señor nuestro querido Padre Carlos Salica. Tuvo la muerte del buen cristiano: enteramente unido al Señor, ofreció sus sufrimientos, comulgó todos los días mientras estuvo internado y perdonó las ofensas. ¡Nos cuide desde el cielo!”.


El sacerdote será velado desde las 9 am en la Parroquia del Inmaculado Corazón de María. La Misa de exequias, presidida por el arzobispo, será a las 12. Luego, a las 15, su cuerpo será trasladado al Cementerio San Agustín, donde descansará junto a su esposa.



Una vocación marcada por una historia familiar profunda


La historia de Carlos Salica se hizo pública en 2013, cuando La Gaceta relató su particular recorrido hacia el sacerdocio: luego de la muerte de su esposa, Rosa Chávez, con quien estuvo casado 46 años, decidió consagrar el resto de su vida a Dios.


Rosa falleció el 16 de septiembre de 2011, luego de despedirse de sus hijas y recibir la unción de los enfermos. Antes de morir, le preguntó qué haría él cuando ella ya no estuviera. Carlos prometió entonces dedicar su vida por completo al servicio pastoral. En cumplimiento de esa promesa, pidió ser admitido al sacerdocio y fue ordenado el 22 de noviembre de 2013, tras 16 años de servicio como diácono permanente.


Su cáliz sacerdotal guardaría un símbolo único: los anillos de su matrimonio, fundidos en el vaso sagrado. “Siempre he dicho que el amor de los esposos es la continuación del amor de Dios”, expresó en aquel momento.


Una vida entregada a las comunidades más humildes


Antes de ser sacerdote, había acompañado comunidades durante décadas como diácono. Bautizó a sus dos nietas y celebró el casamiento de una de sus hijas. Su familia recordó que, en sus años de misión, visitaban juntos capillas humildes: su esposa tocaba el órgano, él celebraba la Palabra y sus hijas cantaban en el coro.


Además de su labor pastoral, fue profesor y director del Colegio Sagrado Corazón, mientras servía en distintos barrios y localidades donde no había sacerdotes disponibles. Llevó adelante su servicio en Pacará, San Andrés, San José, Nuestra Señora de las Gracias, San Roque y Espíritu Santo, entre otros espacios.


En entrevistas de años anteriores al diario La Gaceta, solía decir que la clave de su vocación era el amor: “Cuando uno se enamora, hace cualquier cosa por la persona que ama. Hay que enamorarse de Cristo, abandonarse en los brazos de Dios”. Como sacerdote, aseguraba que podría entregarse “a tiempo completo”, sin dejar de lado a su familia.


Un legado que perdura


La muerte del padre Carlos Salica generó una inmediata reacción de cariño entre fieles, sacerdotes y vecinos de las comunidades donde ejerció. En redes sociales se multiplicaron mensajes que recuerdan su humildad, su servicio y su particular historia de vida, atravesada por la fe y el amor familiar.


Hoy, Tucumán despide a un sacerdote que fue también esposo, padre y abuelo, y que transformó su propia historia en una entrega total al servicio de la Iglesia. Su legado perdurará en cada comunidad que acompañó y en quienes lo recordarán como un hombre de fe profunda y de entrega incansable.

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