Según Noticias Argentinas especialistas australianos en tiburones probaron cuatro materiales resistentes a las mordeduras con el objetivo de evaluar su potencial para reducir las lesiones y la pérdida de sangre causadas por estos ataques.
Aunque las lesiones internas y por aplastamiento aún pueden producirse, los trajes de neopreno resistentes a las mordeduras ahora pueden sumarse al conjunto de medidas disponibles para disminuir el riesgo de daños causados por tiburones, según un comunicado publicado el jueves por la Universidad Flinders de Australia.
El estudio, financiado por el gobierno, evaluó la eficacia de cuatro materiales para trajes de neopreno diseñados para resistir mordeduras de tiburones blancos y tigre, especies frecuentemente asociadas con encuentros fatales, de acuerdo con el comunicado.
Los nuevos trajes de neopreno incorporan polietileno de peso molecular ultraalto, una fibra resistente y ligera comúnmente utilizada en cuerdas de navegación, que ofrece flexibilidad y protección. Según los expertos, los trajes de malla tradicionales resultaron demasiado pesados e inflexibles para actividades como el surf o el buceo.
Los investigadores analizaron el potencial de cada material para reducir las lesiones causadas por mordeduras de tiburones blanco y tigre, cuantificando la gravedad del daño en cuatro categorías que van desde superficial hasta crítico.
Tom Clarke, de la Universidad de Flinders, afirmó que los cuatro materiales probados “redujeron la cantidad de daños sustanciales y críticos, que normalmente se asocian con hemorragias graves y pérdida de tejido o extremidades”.
En comparación con el neopreno estándar, los resultados indican que estos nuevos trajes “pueden reducir la pérdida de sangre y el traumatismo causado por laceraciones y perforaciones graves, lo que podría salvar vidas”, aseguró el profesor Charlie Huveneers, director del Grupo de Ecología de Tiburones del Sur de la Universidad de Flinders.
Aunque las mordeduras de tiburón a humanos son poco frecuentes, pueden afectar gravemente a las comunidades y negocios costeros locales, según la investigación publicada en Wildlife Research, una revista académica australiana.