Julio de 2024. Foto de Archivo.
Las brujas no existen, pero que las hay, las hay. La frase del imaginario popular sirve para graficar los temores que atraviesa por estas horas al gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo. En particular, a partir de la nueva dinámica que impuso su candidatura testimonial a la relación con el presidente, Javier Milei.
A lo largo de un año y medio de gestión, el ahora primer postulante a diputado en el “Jardín de la República” por el frente Tucumán Primero supo tejer una relación institucional y política sólida con los inquilinos de la Casa Rosada. Jaldo rompió primero con el kirchnerismo para ofrendarle a La Libertad Avanza tres diputados. Esa tríada de votos fue determinante para el mileísmo dentro del Congreso, como la Ley Bases o el primer veto a la ley de financiamiento universitario, en 2024.
Fue tal el grado de confianza alcanzado que Jaldo pasó de reunirse con Guillermo Francos y Lisandro Catalán, responsables de la Jefatura de Gabinete, a sentarse a la mesa del triángulo de hierro, con Milei, Karina Milei y Santiago Caputo. Ese coqueteo le facilitó la llave del arcón en el que se guardan los recursos y el ministro de Economía, Luis Caputo, comenzó a firmarle expedientes. Entre ellos, los referidos a tres obras de infraestructura clave para su gestión: la remodelación y ampliación del aeropuerto Benjamín Matienzo; la construcción de un nuevo acueducto para solucionar el problema de agua potable a 400.000 familias; y la extensión de la red eléctrica hacia el sur tucumano.
Faltazo de Javier Milei, café con Juan Manzur
Sin embargo, a partir de la ausencia del Presidente a los actos oficiales por el 9 de Julio, la relación cambió. Ese día, Jaldo suplió el faltazo del jefe de Estado de una manera particular: resucitó su vieja sociedad política con el senador Juan Manzur. Ante la proximidad de las elecciones legislativas de octubre y con la necesidad de garantizar un triunfo que frene el desembarco violeta en Tucumán, propició la reunificación y pacificación del peronismo local.
Su discurso, institucional y político, mutó de dialoguista a crítico de las políticas nacionales sin escalas. Y en paralelo, algo también cambió en Balcarce 50. Porque los tres proyectos, de avanzar de manera sólida y sin interrupciones, comenzaron a sufrir demoras sin que mediaran explicaciones oficiales.
La más avanzada es la ampliación de la Línea de Alta Tensión de 132 kV entre El Bracho y Villa Quinteros, que incluye además la construcción de una nueva estación transformadora en la localidad de Leales. La obra contempla la construcción de 57 kilómetros de línea eléctrica de media y alta tensión, y fue presentada como una infraestructura clave para “solucionar definitivamente el problema energético o eléctrico en Tucumán, tanto de cortes de luz como de baja de tensión”.
Licitada en 2023, financiada con fondos del Consejo Federal de Energía y presupuesta en casi $ 51.000 millones, llegó a firmarse el contrato con una empresa de capitales chinos. Las previsiones eran que los trabajos debían comenzar a principios de agosto. Sin embargo, eso aún no ocurrió. Directivos de esa firma oriental incluso mantuvieron reuniones con empresarios locales para tercerizar algunas tareas, pero no dieron comienzo formal a las obras. Entre los constructores regionales creen hay demoras con el pago de los anticipos financieros por parte de la Nación. Con algo de optimismo, aguardan que haya novedades en las próximas semanas. “Ya estamos por instalar el obrador”, dijo Jaldo el martes, un día antes de viajar a Buenos Aires para seguir de cerca estas carpetas. La Legislatura, en la última sesión, ratificó un convenio de traspaso entre la Nación y la Provincia.
El segundo proyecto llamativamente demorado es el referido a las obras de remodelación de la estación aérea de Tucumán. La inversión prevista es de 58 millones de dólares para duplicar la capacidad operativa hasta 1,5 millones de pasajeros anuales, y dejarlo de manera similar al aeropuerto de Mendoza. El financiamiento tampoco implica una erogación el erario nacional o provincial, ya que proviene del Fideicomiso de Fortalecimiento del Sistema Nacional de Aeropuertos.
El proceso licitatorio comenzó el 30 de abril y el 21 de junio, tras un primer corte, quedaron siete empresas en carrera. Incluso hubo un acto simbólico de anuncio de obra en el aeropuerto que compartieron Jaldo y Catalán. Los trabajos, según las proyecciones oficiales, debían comenzar en la segunda mitad de agosto. No obstante, hace un par de semanas las firmas participantes recibieron notificaciones de Aeropuertos Argentina 2000 para adjuntar nueva información sobre sus empresas, vinculada a los antecedentes de las sociedades o sus directivos en hechos de corrupción, fraude, lavado de activos o cuestiones similares.
Eso sí, extraoficialmente, les avisaron que todavía no hay fecha cierta para la apertura de sobres con las ofertas económicas y la posterior adjudicación.
Y la tercera obra, vinculada al abastecimiento de agua potable para el Gran San Miguel de Tucumán, presenta un panorama parecido. Se trata de un proyecto presupuestado en 127 millones de dólares y con financiamiento garantizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Además, forma parte del selecto grupo de proyectos prioritarios que la gestión de Milei decidió sostener en las provincias.
El acueducto de Vipos debía ser licitado el martes 19, pero horas antes el Ministerio de Economía de la Nación emitió una resolución mediante la que postergó el acto de apertura de sobres para este lunes 25 de agosto. Extrañamente, un par de días después se firmó otra enmienda, estableciendo como nueva fecha licitatoria el viernes 29 de este mes.
En la Casa de Gobierno de Tucumán aseguran que no hay indicios para pensar en alguna maniobra dilatoria vinculada a la cuestión electoral, pero tampoco tienen dudas de que hay un trasfondo político. Sensaciones similares sienten en la Cámara Tucumana de la Construcción. “Hace 35 años que hago esto, nunca me pasó que prorroguen dos veces una licitación en menos de una semana”, sintetizó un empresario que sigue de cerca los tres proyectos.
El martes en un acto de campaña, el gobernador Jaldo dejó una frase sugestiva antes de emprender viaje a Buenos Aires. “No vamos a ser vendidos de nadie; de rodillas ante nadie, solo ante Dios”, advirtió en un mensaje en el que pidió a los tucumanos no depender de la Nación. Un día después, en la sesión de Diputados, los tres referentes del bloque Independencia ratificaron su posición política opositora a LLA: votaron en contra de los vetos presidenciales y a favor de la emergencia en discapacidad y del aumento jubilatorio.
Sin embargo, también hubo un guiño político del jaldismo al Gobierno nacional, ya de madrugada. Al momento de tratar el proyecto para destrabar la comisión investigadora del caso $Libra, los diputados Agustín Fernández, Elia Fernández de Mansilla y Gladys Medina votaron en contra. Es decir, junto a los libertarios. “Es un tema netamente judicial que debe ser evaluado allí”, justificaron en el entorno del gobernador.
Cuentan que esta semana, ante una consulta, el vicejefe de Gabinete de la Nación respondió con una sonrisa cuando le preguntaron por el estado de la relación con Jaldo. Según trascendió, Catalán aseguró que con el gobernador “estaba todo bien” y que se mantenía el buen diálogo, a pesar de algunos raspones propios de la campaña electoral.
Así las cosas, el camino hasta el 26 de octubre encontrará a Jaldo en busca de un equilibrio constante: a veces deberá mostrarse como un opositor a Milei para mantener contenido al peronismo; en otras, tendrá que enviar señales de distensión a la Casa Rosada para no correr sobresaltos en la gestión. Para los comicios faltan dos meses, pero para 2027 aún restan más de dos largos años en los que deberá cogobernar.