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LA SEMANA POLÍTICA

La charla de Jaldo con Kicillof y los puentes abiertos con La Libertad Avanza

El gobernador tucumano participó de una reunión peronista que podría continuar después de las elecciones del 26 de octubre.

PorFERNANDO STANICH
20 sept, 2025 06:42 p. m. Actualizado: 21 sept, 2025 01:37 a. m. AR
La charla de Jaldo con Kicillof y los puentes abiertos con La Libertad Avanza

Además de revitalizar a los gobernadores, la derrota libertaria en las elecciones bonaerenses abrió formalmente la temporada de insinuaciones para 2027. Como si los comicios del 26 de octubre ya hubiesen pasado, con el riesgo que esa subestimación trae aparejada.


En esta Argentina que pone y saca líderes con idéntica facilidad, tras el 7 de septiembre se instaló la idea de que Áxel Kicillof emergió como presidenciable. Y el gobernador de Buenos Aires comenzó a moverse en esa dirección. Prueba de ello fue el derrotero mediático en el que incursionó: mientras su voz sumó potencia, la de su mentora Cristina Fernández de Kirchner empezó a escucharse con menos fuerza.


En paralelo, Kicillof aprovechó el envión para acercarse a sus pares peronistas del interior. Se trata de una segunda aproximación, después de la primera travesía de 2024, en plena reconstrucción del Partido Justicialista. Tras aquella incursión, el ex ministro de Economía de la Nación sembró relaciones con el riojano Ricardo Quintela, principalmente. De hecho, lo acompañó durante la presentación de la nueva Constitución riojana. Pero la unidad de intereses gestada entre los jefes provinciales a partir de la sordera de Javier Milei abrió el segundo capítulo de la expansión kicillofista. Y un hecho que no trascendió y que tiene impacto en el futuro opositor tuvo lugar en la última semana.


El martes, un día antes de que Diputados rechazara los vetos a la emergencia pediátrica y a la ley de financiamiento universitario, los gobernadores del interior aprovecharon su permanencia en Buenos Aires para intensificar las relaciones. Kicillof se reunió con Quintela y con el catamarqueño Raúl Jalil, y a los tres se le ocurrió que podían sumar a esa mesa al tucumano Osvaldo Jaldo. El Comisario”, si bien también estaba en la metrópoli, se incorporó a un meet con sus pares.


¿De qué hablaron los peronistas? La videollamada fue distendida, pero hubo análisis y cruces de opiniones sobre la coyuntura política y económica del país. Kicillof planteó sus cuestionamientos a las políticas de Javier Milei y los tres gobernadores provinciales advirtieron sobre el impacto del ajuste en los distritos del interior, con menos poder de fuego que Buenos Aires. La conversación se cerró con la promesa de compartir un asado en suelo bonaerense en el mediano plazo, seguramente cuando pase el 26 de octubre.


La aclaración respecto de la fecha en que podría darse ese mitin no es casual. Si bien Kicillof obtuvo una victoria clave en su territorio y se posicionó naturalmente hacia 2027, el peronismo no suele comprometerse con nadie después de la primera aventura. El ex pupilo kirchnerista es todavía mirado de reojo por sus pares. La señal inequívoca se dará el último domingo de octubre, día en que Kicillof deberá revalidar el triunfo de septiembre y consolidar su proyección nacional. Hasta que eso no ocurra, los gobernadores del interior seguirán orejeando el día a día.


Justamente, esa es la dinámica que marca el pulso de los mandatarios opositores. Hasta la entrada del año electoral, cada uno escogió el camino que creía mejor para relacionarse con la gestión libertaria. Jaldo y Jalil, por ejemplo, estuvieron entre los más permeables a los acuerdos con La Libertad Avanza. Pero ese tiempo, al menos por ahora, se acabó. O bien las condiciones cambiaron: ya no van ellos a Buenos Aires, sino al revés. Y si lo hacen, evitan las fotografías. Con éxito relativo, el flamante ministro del Interior emprendió una gira artística por las provincias: ya estuvo en Tucumán, en Salta y en San Juan, y el martes visitará Catamarca para reunirse con Jalil. En esta parte del país, la respuesta es la misma: “hablamos el 27”.


En el medio, los gobernadores frenan los delirios piromaníacos de quienes perdieron los frenos inhibitorios por el tropezón libertario. Son conscientes de que deben gobernar dos años más y que buena parte de su éxito dependerá de lo que acontezca con la Casa Rosada. Por eso juegan al tire y afloje.


Se lo vio esta semana, cuando en Diputados hubo contundencia para sostener los fondos para el Garrahan y las universidades, pero dispersión y poco entusiasmo en lo referido a la investigación del caso $Libra. Si bien se aprobó el emplazamiento a las comisiones, el tratamiento ese día en el recinto de una cuestión que impacta en el corazón de los hermanos Milei se truncó. Y mucho tuvieron que ver los jefes provinciales. Jaldo, por ejemplo, ordenó a los tres diputados del bloque Independencia que se levantaran de sus bancas para no quedar pegados a una maniobra, a su entender, netamente política. “Es un asunto de la Justicia”, suele repetir el tucumano. Un esfuerzo para no dinamitar todos los puentes que conducen a la isla libertaria.


Como se ve, la derrota libertaria en manos peronistas reconfiguró el esquema de relaciones en el poder. La cuestión es que muchos traspolan linealmente el resultado de una elección para cargos provinciales, que implica una tracción mayor en el territorio, a los comicios del 26 de octubre. Ese día, salvo en algunas provincias como Santiago del Estero y Catamarca, se votarán legisladores nacionales y mediante Boleta Única de Papel. A esa diferencia se aferra La Libertad Avanza y es también a la que prestan atención los gobernadores opositores. Jaldo, por caso, es consciente de que necesita una victoria contundente en su distrito para sacarse de encima los fantasmas violetas, pero mucho más los internos. Por eso, todos postergan conversaciones y compromisos para el lunes 27. Antes, la ventanillas permanecerán cerradas.

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