
Aunque volvió a evitar mostrarse en cámara, la expresidenta Cristina Kirchner no logró eludir este jueves la crudeza de las declaraciones que exfuncionarios y empresarios ofrecieron como imputados colaboradores en la causa conocida como los Cuadernos de las Coimas. Durante la tercera audiencia, desarrollada de manera virtual, el Tribunal Oral Federal 7 (TOF 7) avanzó con la lectura de los testimonios clave que describen el circuito de recaudación ilegal que, según la acusación fiscal, continuó funcionando durante los dos mandatos de la exmandataria.
Entre esos aportes, sobresalió uno que volvió a incomodar a la ex presidenta: el del chofer Oscar Centeno, autor de los ocho cuadernos que dieron origen al expediente. Según se leyó, Centeno afirmó que “durante la gestión de Cristina también llevábamos bolsos con dinero”, en un esquema que —según su declaración— incluía entregas en la Residencia de Olivos y traslados coordinados con funcionarios de máxima confianza.

La audiencia también incluyó fragmentos de las confesiones de José López y Claudio Uberti, exfuncionarios que apuntaron directamente a Cristina Kirchner al sostener que conocía y supervisaba el flujo de fondos ilegales. López aseguró que le explicó personalmente cómo funcionaba el sistema de recaudación, mientras que Uberti contó que llegó a ver “unas veinte valijas” listas para ser enviadas a Santa Cruz y que contenían grandes sumas de dinero.
Una audiencia clave
Un día después de que la Cámara Federal de Casación Penal pusiera a disposición la Sala AMIA —la más amplia de Comodoro Py— para que el juicio avance de forma presencial tres veces por semana, el TOF 7 retomó las audiencias bajo la modalidad virtual. Antes de iniciar la tercera jornada, los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli informaron el cronograma de lectura para las próximas semanas.
Hasta el 18 de diciembre, el tribunal se dedicará exclusivamente a leer la acusación fiscal, el requerimiento de elevación a juicio y los detalles de las maniobras atribuidas a cada uno de los 86 imputados. Ese tramo incluirá las síntesis de los testimonios de los 25 arrepentidos cuyas declaraciones fueron homologadas por el fallecido juez Claudio Bonadio durante la instrucción.
Cristina Kirchner siguió la audiencia desde su domicilio de Recoleta, donde cumple prisión domiciliaria por la condena en la causa Vialidad. Desde allí escuchó cada uno de los tramos en los que exfuncionarios y empresarios la vinculan directamente con el sistema de recaudación.
La lectura comenzó con el primer arrepentido de la causa: Oscar Centeno. En los cuadernos donde registró durante años fechas, horarios, recorridos, montos y entregas de dinero, el ex chofer describió un sistema aceitado de recaudación que, según dijo, se mantuvo sin cambios durante la presidencia de Cristina Kirchner.
Recordó que, tras la muerte de Néstor Kirchner, se alteraron algunos puntos del circuito: “Ya no llevábamos a Uruguay 1306, sino todo a la casa de Baratta. Él venía con los bolsos a la noche o al día siguiente”. Detalló también que las entregas continuaron de manera sostenida y que, en reiteradas oportunidades, los bolsos tenían como destino final la quinta presidencial.
Centeno también relató qué ocurría dentro de la residencia: funcionarios que se reunían los viernes para comer asado con Néstor Kirchner, el rol del secretario Daniel Muñoz en la recepción de los bolsos y las indicaciones que le daba Roberto Baratta para que se alejara de la escena cuando se efectuaban las entregas.
Sobre la etapa en la que Cristina ya ocupaba la presidencia, su testimonio fue aún más directo: “También llevábamos los bolsos con dinero. En esas ocasiones se la veía a ella en jogging, desde la casa donde vivía se cruzaba hacia el chalet donde se dejaba el dinero”.
Explicó además que antes de cada traslado se solicitaban instrucciones al secretario de la entonces mandataria, quien autorizaba o rechazaba las visitas a Olivos.
José López y un testimonio comprometedor
El segundo tramo de la audiencia se centró en la extensa declaración de José López, ex secretario de Obras Públicas, quien cumple condena en Ezeiza por el caso Vialidad. López describió un sistema meticuloso de cobro de porcentajes a empresas de obra pública —entre el 3% y el 7% de los contratos— y la entrega periódica de dinero a Daniel Muñoz, a razón de dos o tres veces por semana.
Afirmó que en 2007 participó de una entrega de unos 8 millones de dólares en el departamento de Cristina Kirchner en la calle Uruguay. Y reveló un episodio que la fiscalía considera particularmente relevante: una reunión con la entonces presidenta en Olivos, en enero de 2011, poco después de la muerte de Néstor Kirchner.

Según López, Cristina le mostró uno de los cuadernos en los que el ex presidente tomaba notas de sus reuniones y le pidió que le explicara cómo funcionaba el sistema de recaudación.
López aseguró: “A Cristina le conté todo”. Dijo también que la operatoria se detuvo tras la muerte de Néstor, pero que meses más tarde Julio De Vido le comunicó que debía reanudarse para la campaña de 2011, con Roberto Baratta como nuevo contacto central.
Uberti y la escena de las “veinte valijas”
La lectura cerró con el testimonio del ex titular del OCCOVI, Claudio Uberti, un funcionario cercano al matrimonio Kirchner durante los primeros años del kirchnerismo. Uberti relató que entregó bolsos con dinero en el departamento de Uruguay y Juncal y que en una ocasión subió al domicilio, donde encontró “unas veinte valijas” repletas de dinero.
Según su declaración, Muñoz le explicó que esas valijas serían enviadas a Santa Cruz en el Tango 01, donde serían guardadas en bóvedas ubicadas en la casa de los Kirchner en Río Gallegos.
Fuente: Clarin