De mesa en mesa

Las cenas que reúnen a dirigentes políticos y empresarios suelen dejar algo más que fotos protocolares y brindis formales. Son, desde siempre, terreno fértil para los dimes y diretes, las lecturas entre líneas y, sobre todo, para un detalle que nunca pasa inadvertido: el orden de los convidados. Quién se sienta con quién, en qué mesa y a qué distancia del centro de la escena. La cena de fin de año de la Fundación Federalismo y Libertad que preside José Guillermo Godoy, no fue la excepción.

Esta edición, sin demasiadas figuras de alto perfil, tenía sin embargo la vara alta. El antecedente inmediato pesaba: el año pasado, el principal orador había sido nada menos que el presidente de la Nación, Javier Milei. Por eso, las expectativas de este año estuvieron puestas en la presentación anunciada del CEO de YPF, quien llegó con la misión de despejar dudas en un auditorio atento, especialmente en lo referido al sector de los combustibles y, en particular, al siempre sensible capítulo de los biocombustibles.

Los inversores de Tucumán

En el centro del salón fueron ubicados “los estacioneros”, para decirlo sin rodeos: los dueños de estaciones de servicio de la provincia. Muchos de ellos operan bajo la bandera de YPF; otros todavía exhiben el sello de la, por ahora, Refinor, una marca que —según anticipó el propio CEO de la compañía a Tendencia de Noticias— cambiará de nombre en los próximos meses.

Minutos antes de que comenzara el evento, estos empresarios mantuvieron una reunión reservada con Horacio Marín. Allí, el titular de la petrolera estatal les explicó la estrategia que YPF proyecta, al menos durante el gobierno del presidente Javier Milei. El encuentro fue seguido con atención por un sector que tiene buena parte de su capital atado a la evolución del mercado de combustibles.

La mesa de los miembros de CAPEGA (Cámara de Comerciantes de Derivados del Petróleo, Gas y Afines) celebró las definiciones de Marín y se mostró expectante, aunque visiblemente más aliviada tras los anuncios. No fueron pocos los que se levantaron de sus sillas para aplaudirlo de pie al finalizar su exposición. Para algunos, incluso, el mensaje tuvo un efecto reparador: gran parte de sus inversiones están concentradas en estaciones que hoy operan bajo la marca Refinor, sobre todo aquellas que realizaron importantes desembolsos cuando la firma comenzó su proceso de expansión en la provincia.

Los libertarios con los libertarios

Lejos del escenario, pero bien identificados, fueron ubicados los dos flamantes diputados de La Libertad Avanza: Federico Pelli y Soledad Molinuevo. Compartieron la noche en una misma mesa con el intendente de Concepción, Alejandro Molinuevo; con Gonzalo Heredia, uno de los hombres de confianza de Lisandro Catalán en Tucumán; y con una invitada que no pasó desapercibida: la ex diputada nacional Paula Omodeo.

Durante buena parte de la velada, Omodeo intercambió experiencias y lecturas políticas con los jóvenes parlamentarios, en un diálogo que despertó más de una especulación. Su regreso a la escena tucumana, tras volver a echar raíces en la provincia, reavivó la pregunta inevitable: ¿habrá un nuevo capítulo en su carrera política y, esta vez, bajo el paraguas de La Libertad Avanza y no de CREO?.

El tercer diputado libertario por Tucumán, Gerardo Huesen, también dijo presente, aunque solo durante el cóctel inicial. Un compromiso familiar —la cena escolar de una de sus hijas— lo obligó a retirarse antes del plato principal. Aun así, su nombre circuló con fuerza durante la noche. Huesen llega empoderado: fue designado como una suerte de “comisario” en el Congreso para ordenar a quienes desembarcaron por primera vez en sus bancas. Según comentaban quienes merodeaban la última sesión, nadie se paraba ni hablaba sin su autorización. No casualmente, en la cena fue mencionado como uno de los presentes destacados.

Muy lejos de esa mesa quedó el diputado Mariano Campero. Libertario en Buenos Aires, pero aún sin el abrazo explícito del espacio que responde a “los Catalán” en la provincia, su ubicación pareció decir más de lo que cualquier discurso hubiera podido expresar. La incógnita quedó flotando en el aire: ¿el llamado a la unidad llegará a todos, o seguirá habiendo libertarios de primera y de segunda?.

Las ausencias

Una de las ausencias más comentadas —y quizá menos sorprendentes— de la noche fue la del gobernador Osvaldo Jaldo, junto a la de cualquier ministro de su gabinete. El mandatario provincial, al parecer, tenía la agenda lo suficientemente ocupada como para que ningún funcionario de su gestión encontrara un lugar en las mesas del evento. El Poder Ejecutivo, directamente, brilló por su ausencia.

Tampoco asistió la intendenta de la capital, Rossana Chahla, quien esa misma noche encabezaba una cena de características similares junto al Consejo Económico y Social del municipio, en una coincidencia que no pasó inadvertida entre los asistentes.

Desde el Poder Legislativo, la presencia fue acotada y circunscripta a parlamentarios considerados “amigos” de la fundación: los hermanos Federico y Agustín Romano Norri dijeron presente, al igual que Claudio Viña. Llamó la atención, en cambio, la ausencia de figuras que en ediciones anteriores habían sido habituales, como la intendenta de Bella Vista, Paula Quiles, y su esposo, Sebastián Salazar, quienes esta vez no figuraron entre los invitados.

Sin premio Alberdi

Otro dato que no pasó desapercibido fue que, este año, la fundación organizadora decidió no otorgar su máximo galardón. El Premio Alberdi —distinción que se entrega anualmente a quienes hayan realizado aportes significativos a la formación, consolidación o fortalecimiento de una sociedad más libre y democrática, en línea con la visión y misión de la Fundación Federalismo y Libertad— quedó vacante. Al menos, así lo marcó la ausencia de un nombre propio al momento de los reconocimientos.

La decisión llamó la atención, especialmente entre quienes lo aguardaban: ex diputados con mandatos cumplidos o figuras que vienen colaborando de manera sostenida con la fundación. Ni siquiera los premios múltiples que sí se repartieron este año alcanzaron a ellos. Los reconocimientos fueron para el periodista Álvaro Aurane, el director de YPF y ex ministro del Interior Lisandro Catalán, y diputados de otras provincias con marcada inclinación liberal. Los tucumanos, en cambio, debieron conformarse apenas con un saludo por micrófono.

La cartita de los deseos que no todos compartieron

El periodista Álvaro Aurane, conductor del programa Entrecaníbales, que se emite por Enterate Play, convirtió uno de sus habituales monólogos en el eje de la noche, minutos antes de la exposición de Horacio Marín, CEO de YPF. Desde el escenario, sentado junto al economista Federico Domínguez y la conductora Lourdes Ganín, Aurane leyó a viva voz su particular “carta al Niño Dios”.

En ese listado de deseos pidió una reforma electoral, una nueva Constitución y una oposición “con hambre de poder”. Hasta ahí, un planteo que encontró gestos de asentimiento. El clima cambió cuando apuntó contra La Libertad Avanza. “¿Cómo va a administrar La Libertad Avanza el resultado favorable acá en Tucumán para constituirse como poder dentro de dos años?”, se preguntó, y amplió la crítica al plano nacional al señalar que el espacio “no aprendió a ganar, o al menos no aprendió del todo”.

Aurane recordó la derrota en las legislativas bonaerenses del 7 de septiembre y la posterior recuperación electoral a nivel nacional, pero sostuvo que esa victoria no se tradujo en capacidad de gestión parlamentaria. Como ejemplo, mencionó el fracaso en la votación del Presupuesto 2026, donde el oficialismo no logró aprobar el capítulo 11 que intentó impulsar.

En las mesas libertarias, el mensaje cayó mal. Tanto que el presidente del partido en Tucumán recogió el guante y trasladó el impacto político hacia el gobernador Osvaldo Jaldo, a quien instó públicamente a avanzar con las reformas que, según su visión, siguen pendientes.