El entrenamiento de fuerza dejó de ser solo para fisicoculturistas o atletas de élite: hoy es una herramienta fundamental para la salud integral de las mujeres, desde la adolescencia hasta la menopausia. Ejercitar con peso no solo ayuda a prevenir la pérdida de masa muscular y la osteoporosis, sino que también favorece el equilibrio hormonal, la movilidad y el bienestar mental.
Uno de los mitos más frecuentes, y erróneos, es que el entrenamiento de fuerza “masculiniza” el cuerpo femenino. Sin embargo, estudios científicos y la experiencia clínica de entrenadoras como Paula Fatic confirman que trabajar con sobrecarga permite mejorar la calidad de vida sin comprometer la estética. “Después de los 40, ganar fuerza es fundamental para enfrentar los cambios hormonales de la perimenopausia”, explicó.
Los beneficios del entrenamiento también se extienden al sistema óseo, cardiovascular y al metabolismo. Según Diego Morales, especialista en High Fitness, combinar trabajos de resistencia con fuerza es clave para la longevidad. Por su parte, Ariel Couceiro, fundador del Centro de Entrenamiento CorpoSão, recomienda empezar con ejercicios simples y progresivos, incluso con elementos caseros como botellas con arena o el propio peso corporal.
Romper con los estereotipos y adaptar la rutina a cada etapa del ciclo vital es esencial. “El objetivo no es levantar pesas por levantar, sino poder subir escaleras sin agitarse o levantarse del piso con facilidad”, sintetiza Couceiro. Así, el entrenamiento de fuerza se convierte en una aliada clave para una vida activa, saludable y autosuficiente.