El Senado de la Nación aprobó este jueves el proyecto de ley para instrumentar la boleta única de papel (BUP) como sistema de votación para las elecciones nacionales en reemplazo de la denominada boleta partidaria.
La sanción de la iniciativa fue el fruto de largas negociaciones encabezadas por el vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán, quien negoció personalmente con gobernadores de varias provincias para conseguir los votos necesarios.
El proyecto fue aprobado por 39 votos a favor y 30 en contra, lo que significó una dura derrota política para el kirchnerismo, que terminó oponiéndose en soledad a este cambio, al que tildó de “oscurantista” con el argumento de que en los distritos que eligen más de 10 diputados nacionales los votantes no tendrán a la vista los nombres de todos los candidatos.
Como la iniciativa se aprobó con cambios, ahora deberá volver a Diputados para ser ratificada y convertirse en ley. El objetivo que se planteó el tucumano Catalán, como uno de los principales impulsores del proyecto, es que el sistema de BUP debute en las elecciones nacionales de medio término de 2025.
En el recinto, la única senadora tucumana que votó a favor del proyecto de Boleta Única fue Beatriz Ávila (Partido por la Justicia Social), quien viene trabajando en buena sintonía con el gobernador Osvaldo Jaldo, uno de los mandatarios peronistas más dialoguistas y cercanos a la Casa Rosada.
En cambio, votaron en contra del proyecto los kirchneristas Juan Manzur y Sandra Mendoza, acompañando la postura del resto del bloque Frente Nacional y Popular (ex Unión por la Patria).
El texto aprobado en el Senado establece el uso de una única boleta de papel en la que estará toda la oferta electoral de cada distrito, con los nombres de las agrupaciones y de los candidatos que participan en la elección; salvo en los distritos que eligen muchos diputados, donde no estarán todos.
El modelo de boleta acordado es similar al que se utiliza en Mendoza, en el que los nombres de las agrupaciones se ubican de manera horizontal en el margen superior de la papeleta y las categorías en juego –presidente y vice, diputados y senadores nacionales–, se despliegan en sentido vertical.
Uno de los cambios incorporados fue la eliminación del denominado “botón de lista completa”, un casillero que, al marcarlo, le permite al elector apoyar a todos los postulantes de una misma fuerza política. La modificación fue negociada por el Gobierno del presidente Javier Milei para conseguir el apoyo de los senadores de Río Negro y de Misiones.
El miembro informante encargado de exponer las bondades del sistema de Boleta Única antes de la votación fue el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Edgardo Kueider (Unidad Federal-Entre Ríos), quien consideró el cambio de sistema “un salto cualitativo”.
Además, señaló que la boleta única “garantiza a todos los ciudadanos el derecho a elegir porque garantiza que en el cuarto oscuro esté presente toda la oferta electoral”, al evitar el robo de boletas en los puntos de votación, una maniobra que en algunas provincias, como Tucumán, son recurrentes en cada elección.
El kirchnerismo se opuso con firmeza al cambio de boleta electoral. “Es un sistema de oscurantismo, de ocultamiento”, denunció Daniel Bensusán (La Pampa). “Van a estar ocultos narcotraficantes, delincuentes porque en las boletas no van a estar sus nombres, sino que van a estar en afiches en las paredes” del cuarto oscuro. “Hoy se quiere cambiar lo único que anda bien en el país, que es el régimen electoral; quieren destruir el Estado de Derecho y comienzan modificando nuestro régimen electoral”, denunció Florencia López (La Rioja).