publicidad

SALTOS HÍPICOS

Un reconocimiento por una vida a caballo para Matilde Ferro

La ex amazona, primera mujer del NOA en competir a nivel nacional, será distinguida junto a otros socios fundadores del Club Hípico Tucumán.

PorJoel Katz
03 oct, 2025 08:44 p. m. Actualizado: 03 oct, 2025 08:44 p. m. AR
Un reconocimiento por una vida a caballo para Matilde Ferro

Este fin de semana, se realizará en Tapia la segunda edición del torneo hípico del club La Liofilia. El evento promete ser una verdadera fiesta del deporte, con la presencia de jinetes y amazonas de Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Córdoba. Pero además, habrá espacio para reconocimientos: serán distinguidos varios socios fundadores del histórico Club Hípico Tucumán, ya desaparecido pero de gran impacto en la provincia. Entre ellos, Matilde Ferro, que en diálogo con Tendencia de Noticias recordó sus años de competidora.


Con nostalgia, Ferro, que asegura que anduvo a caballo desde muy chica, recordó cómo llegó la práctica de los saltos hípicos a la provincia, a comienzos de la década del 70. “Un día, en 1972, nos encontramos con un polaco, que nos contó que hacía saltos hípicos. Me pidió que lo acompañara al Hipódromo, que era el único lugar donde teníamos caballos, y por esas casualidades la Sociedad Rural estaba en el Parque, esperando que le den el predio que tienen actualmente”, relató Ferro.


Esa casualidad, como la presenta Matilde, les permitió tener un espacio físico para empezar a practicar la disciplina. “Él se compró un caballo, y yo me traje uno de la finca. Empezamos a trabajar, y él me explicó lo que era el deporte de salto en vallas, porque no existía en toda la región”, remarca la ex amazona. Y lo que empezó como cosa de dos empezó a crecer.

“El gerente de la Rural de aquel momento, Galindo, publicó algo en el diario. Así nació la actividad de saltos hípicos en el norte argentino, y se fue arrimando más gente, como Enrique Paz, que también va a recibir la distinción en Tapia”, prosiguió Ferro, que poco tiempo después se convirtió en la primera mujer del norte argentino en competir en un torneo nacional de saltos hípicos. “Fui con tres militares y dos civiles, que eran Enrique Paz y Felipe Torres Posse”, cuenta, orgullosa.


Ferro explica que la disciplina, en sus inicios, tuvo un buen recibimiento por no tener antecedentes en la provincia. “Impactó en la novedad, en ser los primeros. Eso hizo que la gente se arrimara; teníamos mucho público presente. Nos ayudó a ir evolucionando gracias a gente del Jockey de Córdoba y de Buenos Aires, que nos permitieron conocer otras posibilidades. Los Díaz Cardeilhac, del club hípico del Jockey, fueron nuestros primeros padrinos, y nos ayudaron mucho. Así fuimos mejorando en nuestra actividad deportiva”, explicó.


WhatsApp Image 2025-10-03 at 20.43.33 (1).jpeg


Luego de un tiempo, Ferro dejó de ser la única mujer de la región en competir. “Aparecieron Silvia Lincoln de Pujol y Marta Orello. Silvia fue una excelente amazona, con la que también competimos a nivel nacional. Nosotros éramos nuevitos en todo, máximo del lugar donde proveníamos, del noroeste argentino. Pero demostramos que éramos capaces de eso y mucho más, hasta hoy”, aseguró con firmeza.


La fundación del Club Hípico Tucumáno no solo trajo a Tucumán la práctica de los saltos hípicos, sino que también dio lugar al nacimiento de otros clubes en la región. “Teníamos pista iluminada, vinieron hasta un militar inglés y otro mexicano, y realizamos distintos tipos de concursos. Todo eso fue evolucionando, puliéndose, y fue ingresando más gente. A su vez, de ese grupo humano nació después el Jockey Club, después el club de Santiago, el Polo Club en Salta”, repasó Ferro, que hoy es la presidenta del Club Ecuestre San Pablo, ubicado dentro del campus de la Universidad San Pablo-T. “Es nuestro lugar por la generosidad de Jorge Rocchia Ferro y Caty Lonac”, remarcó.


Los saltos ecuestres, asegura Ferro, aportan mucho a la vida cotidiana. “Hay que tener valentía. Te enseña a resolver situaciones nuevas, a utilizar recursos sobre la marcha. Son cosas que ayudan en la vida; los chicos van cambiando su mentalidad de buscar siempre lo más fácil. A mí me ayudó hasta a controlar el carácter. Además es un deporte santo, que te enseña a respirar”, destacó Matilde.

El domingo, junto a viejos amigos, Ferro recibirá una distinción que evidencia que el paso de tiempo no borra su aporte clave para el desarrollo de la disciplina en la provincia. “Estoy orgullosa, y agradezco a Dios estar con vida para poder disfrutarlo. Estoy feliz, muy feliz”, concluyó Matilde, una deportista que marcó el camino en Tucumán.

#MATILDEFERRO

#CLUBHÍPICOTUCUMÁN

publicidad

Más de deportes

publicidad