Hubo lágrimas, abrazos y una ovación que pareció eterna. Tucumán volvió a meterse entre los grandes del futsal argentino con su seleccionado C15, que conquistó el subcampeonato nacional en el Argentino de Selecciones disputado en Mendoza. Más que una medalla, el logro simboliza el crecimiento silencioso y sostenido que vienen construyendo los formadores de la provincia.
El torneo fue una demostración de carácter y talento. El equipo inició su camino con autoridad, marcando diferencias desde el primer día: un 6-0 ante Mar Chiquita que fue declaración de intenciones, un 2-0 frente a Caleta Olivia que mostró madurez, y un 5-0 a San Rafael que confirmó el liderazgo del grupo. Tres victorias, ningún gol en contra y un estilo que combinó solidez, paciencia y juego colectivo.
La pulseada de cuartos ante Santa Fe fue una batalla emocional que Tucumán resolvió con temple. Pero el capítulo más recordado llegó en semifinales: frente a la local Mendoza, la tensión se estiró hasta los penales. Allí apareció la figura de Felipe Sorane, que con una atajada decisiva desató el festejo y selló el boleto a la gran final. El último obstáculo fue Comodoro Rivadavia, un rival con peso histórico en la categoría. En un duelo cargado de intensidad, los tucumanos cayeron por un ajustado 3-2, dejando una imagen de enorme jerarquía. El reconocimiento fue inmediato: entrenadores y rivales coincidieron en destacar la entrega, el juego y la identidad del equipo.
El subcampeonato nacional no es solo una copa más. Es la confirmación de que Tucumán tiene una cantera que late fuerte, con chicos que compiten, sueñan y defienden con orgullo el escudo provincial. Una generación que invita a creer que el futsal tucumano está preparado para seguir escribiendo su propia historia.
#FUTSAL
#C15
#MENDOZA
#COMODORO
#RIVADAVIA
#TUCUMAN
#SUBCAMPEONATO