
La provincia de Tucumán experimentó en las últimas dos décadas una disminución sustantiva en su tasa de mortalidad infantil, un indicador considerado clave para medir tanto el acceso a la salud como las condiciones materiales de vida de la población. De acuerdo con el “Dosier estadístico de niñas, niños y adolescentes” elaborado por el INDEC con motivo del Día Mundial de la Infancia, la tasa provincial descendió de un rango que oscilaba entre 21 y 30 defunciones por cada mil nacidos vivos en el año 2000 a un nivel de 7,3-8 por mil en 2023.
El retroceso, que acompaña la tendencia nacional pero con una mejora particularmente marcada en el NOA, posiciona a la jurisdicción entre las que más redujeron este indicador en el período analizado.

El estudio también destaca otro rasgo demográfico estructural: Tucumán se ubica entre las provincias con mayor proporción de hogares que incluyen niños, niñas o adolescentes (NNyA), situándose en el estrato más alto del mapa nacional, con valores que llegan al 53,6% de las viviendas familiares con población menor de 18 años en 2022.

Este dato refuerza el peso demográfico de las infancias en el territorio y las implicancias en materia de políticas públicas, protección social, educación y salud.
El dosier señala que, en el plano nacional, la estructura demográfica argentina viene modificándose desde hace décadas. El país registra una baja sistemática en la proporción de hogares con menores de 18 años: pasó del 56% en 1991 al 44,7% en 2022. No obstante, el NOA —y Tucumán en particular— continúa siendo una de las regiones donde este grupo etario tiene mayor presencia relativa, lo que implica una demanda sostenida de servicios educativos, sanitarios y de cuidado.
En paralelo, la tasa de natalidad nacional se redujo de 19 nacimientos por mil habitantes en 2000 a 9,9 en 2023 , lo que se refleja también en un cambio en la composición y tamaño de los hogares. Para 2024, el 43% de los hogares con menores tenía solo un niño o adolescente, según la Encuesta Permanente de Hogares.
El informe remarca, además, una fuerte asociación entre presencia de NNyA y nivel de ingresos: casi seis de cada diez hogares con menores pertenecen a los quintiles más bajos, mientras que en el quintil 1 más del 72% de los hogares incluye población menor de 18 años.
Cobertura sanitaria, nacimientos y desigualdades persistentes
La dimensión de salud aporta otro componente clave. En 2023, el 55,5% de las madres con hijos nacidos vivos no tenía cobertura por obra social o prepaga, lo que subraya la importancia del sistema público como prestador central para la atención del embarazo y el parto. En sintonía, el 22,4% de los nacimientos de madres con cobertura igualmente ocurrió en establecimientos públicos, lo que revela la persistencia de una función sanitaria estatal transversal a todos los estratos sociales.

Entre la población menor de 18 años, la cobertura por obra social o prepaga se mantuvo prácticamente estable entre 2010 y 2022, pasando de 53,7% a 53,1%. La proporción que depende de programas estatales creció levemente, mientras que quienes no poseen ningún tipo de cobertura aumentaron de 2,4% a 3,7% en el mismo período.
A escala nacional, la tasa de mortalidad infantil se redujo a menos de la mitad entre 2000 y 2023: pasó de 16,6 a 8 por cada mil nacidos vivos. Tucumán, cuyos valores a comienzos de siglo figuraban entre los más elevados del país, logró un descenso particularmente significativo. De acuerdo con los mapas incluidos en el informe, que clasifican a las provincias por rangos, Tucumán transitó del segmento de 21,3 a 30,4 defunciones por mil nacidos vivos en el año 2000 al grupo de 7,3 a 8,7 en 2023
El informe atribuye este avance a la reducción de muertes por causas consideradas “reducibles”, que incluyen afecciones perinatales, enfermedades infecciosas y accidentes. En el análisis de largo plazo, la mortalidad postneonatal es la que presenta el descenso más pronunciado: de 35,7 por mil en 1970 a 2,6 en 2022.
Sin embargo, pese a los avances, el documento advierte que persisten desigualdades notables entre jurisdicciones. Misiones, por ejemplo, pasó de registrar una tasa de 22,2 en 2000 a 5,8 en 2023, mientras que la Ciudad de Buenos Aires bajó de 9,4 a 5,5. El NOA, en general, continúa mostrando niveles más altos que el promedio nacional, aunque con reducciones significativas.
Educación: brechas según sector y contexto social
El dosier dedica un capítulo extenso a la educación, con datos del Operativo Aprender 2024. Entre los principales resultados se destaca:
Frecuencia de uso de bibliotecas escolares: el 63% de los cursos de tercer grado del sector estatal utiliza la biblioteca escolar algunas veces por semana, frente al 48,6% del sector privado.
Desempeño en lectura: mientras que el 15,9% de los estudiantes estatales alcanza niveles avanzados, en las escuelas privadas esta cifra asciende al 28,8%.

Condicionamiento por contexto social: en escuelas de contexto alto, el 31,9% de los alumnos logra niveles avanzados en lectura; en contextos bajos, solo el 14%.
Acompañamiento familiar: casi ocho de cada diez estudiantes reciben ayuda en las tareas escolares, sin diferencias significativas entre sectores.
Apoyo docente: cerca del 90% de los alumnos con desempeño alto declara recibir asistencia de docentes al cometer errores.
Lectura: hábitos desiguales y fuerte influencia del entorno socioeconómico
El capítulo final del informe analiza los hábitos de lectura de estudiantes del nivel primario y secundario. Entre los alumnos de tercer grado, el 55% de las niñas lee libros o cómics en su tiempo libre, frente al 49,6% de los varones.
La disponibilidad de libros en el hogar está fuertemente estratificada: en contextos altos, el 22,7% declara tener más de 100 libros, mientras que en contextos bajos este valor es apenas del 8,2%.

En los adolescentes de 13 a 17 años, casi la mitad lee por sugerencia de la escuela, y los géneros más elegidos son cuentos y novelas (67,9%).
La fotografía que ofrece el dosier es compleja: Tucumán combina una presencia elevada de hogares con niños y adolescentes, una caída histórica en la mortalidad infantil y desafíos persistentes en las dimensiones de salud, protección social y educación. El descenso de la tasa de mortalidad infantil es uno de los logros sanitarios más relevantes de las últimas décadas, pero la magnitud de la población infantil en la provincia demanda políticas continuas, de largo plazo y orientadas a reducir brechas territoriales y socioeconómicas.
La lectura integral del informe muestra que las infancias en el país —y en el NOA particularmente— experimentan mejoras sostenidas en varios indicadores, pero también enfrentan desigualdades que requieren intervenciones focalizadas, inversión pública y una mirada estructural sobre las condiciones de vida, el acceso a la salud y las oportunidades educativas.