Jaldo comienza a definir el rumbo del oficialismo tucumano (y de la interna peronista)

Osvaldo Jaldo se apresta a vivir una semana determinante para el rumbo político que adoptará el oficialismo tucumano por los próximos dos años. Por un lado, tendrá que resolver el futuro de la reforma electoral prometida. Por otro, se apresta a firmar la constitución de un interbloque dialoguista en el Congreso con un claro mensaje hacia la interna del peronismo: diluir el control del kirchnerismo.

Probablemente, en las primeras horas de este lunes el gobernador reciba al vicegobernador, Miguel Acevedo, para completar la tensa reunión que mantuvieron en la previa del fin de semana largo de noviembre. Aquella vez, el presidente de la Cámara expuso sus argumentos para justificar la conveniencia de avanzar antes de fin de año con los cambios en el método de votación. A modo de respuesta, el mandatario le pidió prudencia y que revisaran con detenimiento las implicancias de cualquier modificación. Antes de salir del despacho gubernamental, Acevedo quedó en acercarle un borrador con el estado del debate.

Ese texto contiene las ideas que vienen repitiendo alrededor del vicegobernador y en las oficinas opositoras. Plantea una aplicación progresiva de la Boleta Única Electrónica (que rige en Salta), paridad de género con alternancia en las listas, eliminación de las dobles candidaturas y de las postulaciones testimoniales, y puntaje docente para quienes oficien como autoridades de mesa. Respecto de los acoples, la limitación propuesta alcanza al número de bancas en disputa en cada municipio.

Estas alternativas cuentan con respaldo de buena parte de la oposición legislativa, pero -como ya se dijo- la mayor resistencia asoma dentro del propio oficialismo. En particular, el presidente subrogante de la Cámara, Sergio Mansilla; y el ministro del Interior, Darío Monteros, son quienes más alzaron la voz en contra de los cambios. Fundamentalmente, no quieren que se abandone el sistema de boletas partidarias.

El gobernador escuchó sus planteos y -según dejaron entrever en su entorno- asintió en varios de ellos. De igual manera, también expresó en actos institucionales y en declaraciones a los medios que Tucumán debe modernizar su sistema de votación. En consecuencia, tendrá que encontrar un equilibrio entre los rezongos justicialistas y el compromiso público asumido.

Pero no es el único asunto que aleja a los compañeros de fórmula. Hay otro punto conflictivo y de mayor impacto político. Se trata de la reducción en la partida para el Poder Legislativo que prevé el proyecto de Presupuesto 2026 que envió el Gobierno. El cálculo de gastos será aprobado este jueves en sesión, y allí se preverá un ajuste en los fondos para la Cámara: bajará del 3,94% al 3,68% del total provincial.

No habrá reproches desde el edificio de Muñecas y avenida Sarmiento porque se trata de un tema sensible, pero es probable que esta decisión de la Casa de Gobierno eleve el grado de desconfianza mutua. Ocurre que este ajuste llega en el Presupuesto 2026, y Jaldo aún deberá enviar otro proyecto de Presupuesto antes de las elecciones de 2027. ¿Habrá otro torniquete para limitar el margen de acción política? Especulaciones que enturbian el aire que respira el oficialismo tucumano.

Peregrinación a Catamarca

Todos miran a Catamarca y a Raúl Jalil. Del gobernador peronista depende la presentación oficial del interbloque federal que reunirá a cuatro o cinco mandatarios del peronismo. Las condiciones están, la decisión también. Lo que falta definir es únicamente el momento.

Tras el encuentro del jueves en la Casa de Salta, los operadores políticos del salteño Gustavo Saénz y de Jaldo se mostraron confiados en la formalización del espacio en común. Si las miradas son optimistas y los intereses son prácticamente los mismos, ¿por qué el interbloque no termina de ser anunciado? Básicamente, por una cuestión de conveniencia en los tiempos.

El gobernador salteño nunca sentó a sus diputados en Unión por la Patria, mientras que su par tucumano los sacó hace ya dos años. El detalle cronológico no es menor: en aquel momento, cuando Jaldo decidió crear el bloque Independencia con Agustín Fernández, Elia Fernández y Gladys Medina, la relación de fuerzas en el Congreso no se alteraba. Es decir, UxP igualmente mantenía su posición mayoritaria porque enfrente, La Libertad Avanza apenas superaba un par de decenas de legisladores nacionales. A partir del 10 de diciembre, la ecuación cambiará y el armado libertario superará las 93 bancas. Con la partida de tres o cuatro diputados catamarqueños, Unión por la Patria seguramente cederá el rol de primera minoría: quedaría con 92 legisladores.

En consecuencia, el costo político a pagar por Jalil es mayor que el de sus pares. Y las presiones las recibe en la misma proporción, de un lado y de otro. No es menor que, en cada respuesta pública, Jalil evite las definiciones políticas y le baje la espuma a la conformación de un interbloque de gobernadores. "No significa tomar distancia del peronismo", se excusó el jueves en la Capital Federal.

“Ya está, sólo hay que esperar”, aseguró uno de los gobernadores. La certeza -o la confianza- tienen su correlato en la reunión que el catamarqueño mantuvo en la tarde-noche del jueves con el ministro del Interior, Diego Santilli. La Casa Rosada sigue de cerca los avances de los mandatarios dialoguistas en su armado propio, porque la consecuencia directa será padecida primero por Cristina Fernández de Kirchner.

La duda en las provincias del norte pasa por la capacidad de subsistencia en el tiempo del nuevo espacio. Si bien los intereses son comunes, las particularidades de la relación de cada gobernador con la Nación pueden hacer mella en la cohesión que se pretende. Jalil, también en sus declaraciones, dio una punta al respecto. "Lo que estamos viendo y estudiando es buscar los consensos para un bloque de algunos gobernadores. Para que podamos ser escuchados. Cada decisión del gobernador es distinta, pero hoy hay que dialogar, buscar soluciones, hay que retomar o mejorar el camino de crecimiento, y en eso creo que hay dos o tres leyes importantes", planteó.

La clave puede estar en la frase referida a “dos o tres leyes”. Saénz, Jaldo, Jalil y el misionero Hugo Passalacqua son conscientes de que los libertarios necesitan de sus votos para la aprobación del proyecto de Presupuesto 2026 y de las reformas laboral y tributaria. Llegar en bloque a esa negociación, para estos mandatarios, no es una cuestión de elección. Sino de supervivencia. Las negociaciones mano a mano, efectivas para la primera etapa del mandato, ya no tendrán el mismo efecto porque LLA tendrá mayor fortaleza y número de votos en el recinto. Por ejemplo; que los tres diputados del bloque Independencia tucumano se ausentaran a la hora de votar o acompañaran la posición libertaria servía -hasta ahora- para torcer el rumbo de una votación. A partir de la semana que viene eso ya no será así. Y Jaldo, en el medio, necesita que la Nación le reintegre una deuda de $ 50.000 millones por anticipos de fondos para obras públicas que debía pagar el poder central y los asumió la Provincia.

Y así como la necesidad de un acuerdo es imperiosa para algunos jefes provinciales, para otros no es una prioridad. Es el caso del santiagueño Gerardo Zamora, a quienes sus pares de la región intentaron sin éxito sumar al interbloque. El líder del Frente Cívico sabe que está en otra posición de negociación: al tener a su provincia en un puño, concentra las tres bancas en el Senado y las siete en Diputados. Es decir, está en condiciones de ofertar a la Nación la mitad de los votos que tres o cuatro gobernadores pueden sumar con un interbloque. Su inclusión en un interbloque, por el contrario, diluiría su poder de fuego.

El último punto que evalúan los gobernadores que se reunieron en la Casa de Salta es más político que económico. Porque saben que el presidente Javier Milei puede necesitarlos y está dispuesto a dialogar con ellos. Así, más allá de los sobresaltos en las finanzas, tienen una puerta que les permita gestionar más allá de la coyuntura; por ejemplo, mediante obras públicas. En vistas a 2027, este dato no es menor. Porque enfrente hay otras tantas provincias directamente invalidadas por la filosofía libertarias. El paredón violeta tiene ya pintados los nombres propios: Áxel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).