Álvaro Galindo, antes del duelo con Dogos XV: “Nos espera una final más, sin perder el foco de jugar bien”

En la previa del partido entre Tarucas y Dogos XV, el head coach Álvaro Galindo compartió sus sensaciones sobre el presente del equipo tucumano, que se prepara para disputar su segundo encuentro consecutivo como local tras una victoria. “La seguidilla de partidos empezó en febrero y no termina. Ahora, después de la fecha libre, tenemos seis partidos seguidos. La primera final fue el viernes pasado, ahora tenemos una más, siempre sin perder el foco de jugar bien”, expresó.

Galindo destacó el crecimiento del equipo en esta segunda parte del torneo y subrayó que el cambio no fue metodológico, sino producto del proceso. “No hay mucho secreto, es tiempo. Tiempo juntos, confianza, conocerse, saber qué puede hacer cada uno y sacar lo mejor individualmente”, explicó el entrenador, haciendo énfasis en la maduración del grupo con el correr de las semanas.

Sobre el cruce con Dogos XV, Galindo anticipó un partido cerrado, tal como ocurrió en Córdoba. “Allá fue con lluvia, lo que hizo que hubiera menos juego, pero mucho combate. Espero algo parecido: formaciones fijas, defensas agresivas, juego posicional. Dogos es un rival duro y está donde está por mérito propio. Es un desafío espectacular para nosotros”, afirmó con entusiasmo.

El entrenador también se refirió al impacto de la baja de Tomás Bartolini, capitán del equipo. “Es un golpe, pero confiamos plenamente en Juan Manuel y Diego, que están preparados. Tommy hizo un gran esfuerzo después de su operación, pero tiene una carrera larga por delante. El resto del equipo va a suplir esa falta con mucho liderazgo”, valoró Galindo, confiando en la fortaleza colectiva del plantel.

Por último, se mostró satisfecho con la experiencia en Tarucas y valoró la energía del proyecto. “Desde el minuto uno hubo entusiasmo en el staff y en los jugadores. Más allá de los resultados, cada actividad se encaró con compromiso. Es algo nuevo en Tucumán y todos estamos aprendiendo. Hoy, el balance es positivo: los jugadores se sienten cómodos y se animan a jugar, eso no es menor en un grupo que lleva 20 semanas de trabajo”, concluyó.