La ropa en el país es cara por la presión impositiva y por los saltos cambiarios

La evidencia es contundente: en la Argentina la ropa es extremadamente cara. Esta tendencia se gestó en las últimas dos décadas, en un contexto en el cual la inflación de la ropa superó a la inflación promedio del país, cuando en el mundo ocurrió lo contrario. Según un informe reciente de Fundar, una organización dedicada al estudio de políticas públicas, una canasta de prendas cuesta, en la Argentina, casi el 40% más que el promedio de los países de la región.

El reporte señala que desde la salida de la convertibilidad, el precio de la ropa aumentó un 32% por encima de la inflación general, mientras que en el resto del mundo ocurrió a la inversa, ya que la indumentaria se abarató en la misma proporción respecto de los otros bienes y servicios. Fundar advierte que los principales factores que provocan incrementos en los costos de la ropa son: "la presión impositiva, el marcado proteccionismo a la industria local, la constante inestabilidad cambiaria y macroeconómica y una caída de la productividad".

Para elaborar su informe, Fundar relevó 390.000 precios de las 33 prendas de vestir más importantes de las 77 que se consumen en la Argentina. El trabajo refleja que, pese a que gran parte de los industriales textiles argentinos aseguran que los precios son elevados por los impuestos, hay otros factores que también inciden en el costo de los productos.

"El primer factor que influye en los precios de las prendas es la barrera a la importación. La Argentina tenía aranceles a la ropa parecidos a la media mundial en la década del 90. Mientras que en el inicio de los 2000 bajaron los aranceles en el mundo, en el país subieron. Hoy el arancel promedio en la Argentina es 33%, de los más altos del mundo. En el resto de los países es del 8,5%", remarca el director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart.

El segundo elemento que impacta en los costos de la ropa es la presión impositiva a las importaciones, como el Impuesto PAIS y la tasa estadística, al igual que otras políticas para-arancelarias que dificultan la compra de productos desde el exterior. En tercer lugar, Fundar destaca la incertidumbre macroeconómica que, según la organización, impacta más sobre el precio de los bienes que sobre los servicios.

Por último, subraya la inestabilidad cambiaria, debido a que "cada vez que aumentó el tipo de cambio o la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, el valor de los bienes trepó por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC)", observa el reporte.

Causas secundarias

• Fudar también afirma que la creciente presión tributaria sobre los sectores productivos encareció aún más los bienes y, en particular, aquellos de cadenas más largas y de alta integración nacional, como la indumentaria.

• La dinámica del consumo interno y el poder adquisitivo incidieron en ciertos momentos, tanto a partir de cambios en la demanda como en los costos0 laborales.

• El acceso restringido al crédito ofició, en la práctica, como un encarecedor del costo del financiamiento, incrementó los costos locales y limitó los aumentos de la productividad.

• La productividad sectorial estuvo estancada y fue altamente procíclica, lo cual condicionó la generación de economías de escala y la reducción de los costos unitarios.