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COLUMNA DE OPINIÓN

La llegada del león herbívoro

Por Juan Pablo Durán.- Tras una dura derrota legislativa, Javier Milei modera el tono y adopta un perfil más conciliador. El presidente que llegó con motosierra en mano empieza a hablar de consensos, mientras la oposición unificada y la crisis social redefinen el tablero político. ¿Cambio real o táctica electoral?

Por Tendencia de noticias

10 ago, 2025 10:25 a. m. Actualizado: 10 ago, 2025 10:25 a. m. AR
La llegada del león herbívoro

Javier Milei modera el tono y adopta un perfil más conciliador. Foto: Presidencia.

El rugido del león ya no resuena con la misma ferocidad. Javier Milei, el presidente que irrumpió en la escena política argentina con una motosierra en mano y un discurso incendiario, parece haber recibido un mensaje claro tras la contundente derrota en la Cámara de Diputados el pasado 7 de agosto. Doce votaciones perdidas, incluyendo la derogación de decretos clave y la media sanción de proyectos que desafían su mantra de "déficit cero", han obligado al líder de La Libertad Avanza a replantear su estrategia.

 

El Milei irascible, el "puteador serial", parece estar dando paso a un nuevo personaje: el león herbívoro, un Milei más moderado, conciliador y, sorprendentemente, empático. Este giro quedó en evidencia el viernes, en su discurso en cadena nacional, donde se mostró vestido hasta como un presidente, cuidando las formas y libre de insultos e improperios. ¿Es este el nacimiento del Milei político, en modo electoral, o solo un espejismo táctico?

 

La derrota parlamentaria fue un mazazo. La oposición, con un frente unificado que incluyó al peronismo, la Unión Cívica Radical y sectores del PRO, logró imponer su agenda con proyectos como el financiamiento a universidades nacionales, la emergencia del Hospital Garrahan y la derogación de decretos que afectaban a organismos como el INTI, el INTA y Vialidad Nacional.


Esta alianza, liderada en parte por gobernadores que han comenzado a articular una fuerza de centro, encendió luces de alarma en el entorno de Milei. Los estrategas libertarios, con Karina Milei y Santiago Caputo a la cabeza, comprendieron que la confrontación permanente, lejos de consolidar su base, está alimentando un descontento que podría costarles caro en las elecciones legislativas de octubre.

 

Seis de cada diez argentinos enfrentan dificultades para llegar a fin de mes, según las últimas estimaciones. La inflación, aunque reducida desde los picos de 2023, sigue erosionando el poder adquisitivo, y la recesión económica ha golpeado con fuerza a las clases media y baja. En este contexto, el estilo beligerante de Milei, sus insultos a la "casta" y su retórica de cruzada contra los "zurdos", no solo no apacigua los ánimos, sino que arroja más nafta al fuego. Llamar "delincuentes" a los legisladores que no lo apoyan o acusar a los gobernadores de orquestar un "golpe institucional" puede haber galvanizado a su núcleo duro, pero también ha alienado a sectores moderados que alguna vez vieron en él una esperanza de cambio.

 

El Milei que emergió tras la derrota parlamentaria, y que el viernes se presentó en cadena nacional, parece haber tomado nota. En su mensaje, el presidente habló de "consenso" y "diálogo", términos que hasta hace poco parecían ajenos a su vocabulario. Con un tono sereno, traje impecable y sin los exabruptos que lo caracterizaron, Milei se dirigió a la nación con un mensaje de unidad, prometiendo trabajar "por el bien común" y reconociendo las dificultades que atraviesa la sociedad.


Este cambio de formas, casi presidencial, refuerza la idea de un Milei que busca adaptarse a las reglas del juego político. Incluso en la cena de la Fundación Faro, prometió dejar de usar los insultos como recurso habitual, aunque, fiel a su estilo, no resistió la tentación de tildar de "idiota" al gobernador Axel Kicillof en la misma ocasión. Este desliz, sin embargo, no opaca el cambio de rumbo que se percibe en la Casa Rosada.

 

El anuncio de un frente electoral con candidatos propios de La Libertad Avanza, liderados por figuras como Manuel Adorni, y la búsqueda de consolidar el partido a nivel nacional muestran a un Milei que ya no apuesta todo a la motosierra, sino que empieza a jugar las reglas del ajedrez político. La aparición de una fuerza de centro, articulada por gobernadores que exigen fondos coparticipables y rechazan el ajuste indiscriminado, ha sido un factor clave en este viraje.


Estos mandatarios, que representan provincias tan diversas como Tucumán, Córdoba o Santa Fe, han demostrado que pueden doblegar al gobierno en el Congreso cuando actúan en bloque. Esta nueva dinámica obliga a Milei a negociar, algo que hasta ahora había evitado con su estrategia de decretos y vetos.

 

El Milei "modo electoral" sabe que su éxito en 2025 dependerá de su capacidad para conectar con una sociedad agotada por la crisis. La pobreza, que afecta al 38% de la población según las proyecciones más optimistas, y el desempleo, que trepó al 7,9%, son heridas abiertas que no se curan con discursos de barricada. La empatía, un rasgo que parecía ajeno al presidente, comienza a asomar en sus mensajes, como quedó claro en la cadena nacional, donde evitó cualquier referencia despectiva y se enfocó en transmitir calma y compromiso.

 

¿Es este cambio genuino o solo una estrategia para sobrevivir al vendaval electoral? Solo el tiempo lo dirá. Por ahora, el león herbívoro empieza a caminar por los pasillos de la Casa Rosada, con la mirada puesta en octubre.


Si Milei logra consolidar a La Libertad Avanza como un partido nacional y sumar bancas en el Congreso, podría fortalecer su posición para impulsar sus reformas. Pero si el rugido vuelve a imponerse sobre el diálogo, el león podría quedarse solo en la selva política argentina. En Tucumán, donde la sensibilidad social y la demanda de soluciones concretas son palpables, este nuevo Milei será observado con atención. Porque aquí, como en el resto del país, la gente no solo quiere un cambio, sino un cambio que no los deje en el camino.

 

El autor de esta columna es Periodista y analista político.

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