publicidad

ACTUALIDAD SANTA

Presión, desilusiones y cuentas pendientes: San Martín frente a su propio espejo

OPINIÓN - El equipo "Ciruja" atraviesa un momento complejo, sin regularidad ni referentes claros dentro del campo. Con la obligación de sumar fuera de casa, una victoria en Los Polvorines podría abrirle una ventana de esperanza de cara al Reducido.

PorNicolás Martín
02 oct, 2025 12:26 a. m. Actualizado: 02 oct, 2025 12:26 a. m. AR
Presión, desilusiones y cuentas pendientes: San Martín frente a su propio espejo

San Martín transita un camino lleno de curvas, como un auto que nunca encuentra la velocidad justa. Con Campodónico en el banco, el equipo perdió la brújula de visitante y en Ciudadela tampoco logra torcer el destino de la irregularidad. Cada partido es una moneda al aire: a veces cara, a veces cruz, pero pocas veces la firmeza que exige un candidato.


El entrenador intentó mover las piezas como si fueran fichas de ajedrez, cambiando esquemas y nombres en busca de una fórmula que aún no aparece. Su mayor acierto fue la goleada contra Atlanta, un oasis en medio del desierto. Pero la contracara también fue enorme, con el cachetazo de Arsenal en La Ciudadela, un equipo que descendió.


El karma de este San Martín es su incapacidad para ganar fuera de casa, sobre todo desde la llegada de Campodónico. El Reducido puede transformarse en una montaña demasiado alta si no logra romper esa barrera, porque el reglamento le obliga a triunfar como visitante, sin ventaja deportiva. El desafío es enorme: en canchas ajenas se le apaga la voz, como si el equipo olvidara quién es cada vez que cruza los límites de La Ciudadela.


G1-bHJZXcAA_0Qe.jpg

La visita a San Miguel en Los Polvorines puede marcar un quiebre. Una victoria allí lo empujaría hasta la tercera posición, aunque no depende solo de sí mismo: Patronato no debería vencer a Ferro en Caballito, Gimnasia y Tiro tendría que tropezar contra Racing en Nueva Italia y Tristán Suárez debería perder con Quilmes. Es un juego de dominó donde muchas fichas ajenas deben caer para que San Martín escale.


La ausencia de un conductor es otro vacío que nadie llena. Ni Cuevas ni Castro asumieron el rol de líder en el mediocampo, y en el área rival la falta de un artillero es evidente: Martín Pino apenas suma ocho tantos en la temporada. La lesión de Esquivel dejó aún más desnuda la carencia ofensiva, como una orquesta sin su primer violín. En defensa, salvo las manos seguras de Darío Sand —aunque a veces más rápido para responder a la prensa que para ordenar al fondo—, las dudas se multiplican: Osores perdió confianza, los juveniles centrales no brindan garantías y Orellana parece de cristal.


El peso de la camiseta, sumado a la presión de una hinchada que ruge sin paciencia, convierte cada partido en una final anticipada. El sueño del ascenso se ve lejano, casi difuso, como un espejismo en el horizonte. Sin embargo, una victoria ante San Miguel podría encender la llama otra vez y devolverle al Santo una ilusión que hoy parece apagada. La pregunta resuena: ¿puede este equipo volver a creer o seguirá atrapado en su propio laberinto?


G1-W1cLWgAAWmIg.jpg

#SAN

#MARTIN

#ANALISIS

#OPINION

#CAMPODONICO

#REDUCIDO

#PRIMERA

#NACIONAL

#CIUDADELA

publicidad

Más de deportes

publicidad