Joaquín Cisneros, medalla de plata en Asunción: “Todavía no caigo, es un sueño hecho realidad”

El tirador tucumano Joaquín Cisneros escribió una página dorada para el deporte argentino al quedarse con la medalla de plata en los Juegos Panamericanos Junior de Asunción, en la modalidad de tiro al plato. El joven deportista expresó su emoción por el logro conseguido: “Muchas gracias, la verdad que muy contento, como que todavía me cuesta creerlo. Todavía no caigo en el hecho de haber conseguido la medalla de plata en los Juegos Panamericanos, estoy muy feliz”.

Una clasificación inesperada y un camino de esfuerzo

El camino hacia el podio no estuvo exento de obstáculos. Cisneros recordó que su clasificación llegó de manera inesperada: “Fue todo imprevisto, después de un 2024 sin disparar, al comienzo de 2025 me llegó un mensaje de la federación diciéndome que era el elegido para ir a disparar a Barbados, al Campeonato de América. Ahí conseguí otra medalla de plata individual y clasifiqué primero. Eso me dio la plaza para los Juegos Panamericanos, que después tuve que disputar, y gracias a Dios me quedé con el lugar”.

Sobre su preparación, el tirador reconoció que no tuvo un entrenamiento específico más allá de la competencia: “La verdad que no tuve preparación, sí fui a competir. Estuve en la Copa del Mundo en Buenos Aires y en Lima, donde terminé sexto. Llegué tranquilo a Asunción, sabiendo que si hacía bien mi trabajo podía lograrlo. Gracias a Dios se dio el resultado”. La serenidad fue clave, aunque admite que en cada disparo se le cruzaban recuerdos personales: “Se me venía a la cabeza mi abuelo, mi viejo, muchas competencias, victorias y fracasos. Todo eso me hizo más fuerte para la final”.

Emoción en el podio y sueños a futuro

El tucumano también destacó lo especial que fue subirse al podio: “Es complicado explicarlo con palabras. Se me puso la piel de gallina. No sonó nuestro himno, fue el de Brasil, pero con solo estar ahí y ver tu bandera es emocionante”. El recibimiento en Tucumán fue igual de emotivo: “Cuando pasé la puerta del aeropuerto estaban con carteles y gritos. Mi familia lloraba de emoción, todos estaban felices. Ellos son parte de la medalla, porque me acompañaron en las victorias, en los fracasos y en los momentos en los que no podía tirar”.

De cara al futuro, Cisneros ya apunta a nuevos desafíos internacionales: “Ahora, en octubre, se disputa el campeonato mundial en Grecia, en categoría Seniors. Es mi próximo objetivo, aunque dependerá del presupuesto porque la federación no tiene apoyo. Veremos si podemos estar”. Y al mirar su medalla, reflexiona sobre lo que representa: “Significa mucho trabajo, mucho esfuerzo. Siempre digo que Dios hace todo a su tiempo, y esta medalla me pone muy feliz”.