En un paso significativo hacia la construcción de una sociedad más empática e inclusiva, se elevó a la Legislatura de Tucumán, para su debate, un proyecto de ley que establece la obligatoriedad de implementar la “Hora Silenciosa” en todos los comercios de la provincia. La iniciativa, impulsada por el legislador oficialista Roberto Moreno (foto inferior) y respaldada por las firmas de Paula Galván, Agustín Romano Norri, Carlos Galia, Marcelo Herrera y Mario Leito, responde a la necesidad de avanzar en políticas públicas que garanticen la accesibilidad sensorial para personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), condiciones del neurodesarrollo o hipersensibilidad a estímulos visuales y auditivos. Este esfuerzo legislativo busca no solo defender los derechos de estas personas, sino también fomentar un entorno de respeto y empatía que facilite su participación en la vida cotidiana, transformando los espacios comerciales en lugares más accesibles y amigables.
El proyecto propone que todos los establecimientos comerciales y de atención al público de Tucumán implementen una franja horaria diaria de al menos una hora, durante la cual se adopten medidas específicas para reducir estímulos sensoriales. Según el articulado, la “Hora Silenciosa” incluye la atenuación de la iluminación artificial intensa, la supresión o disminución del volumen de música ambiental y anuncios por altoparlantes, el apagado de televisores y pantallas electrónicas que emitan luces o sonidos, y la prohibición de usar maquinaria ruidosa en el área de atención al público. Estas medidas buscan crear “un entorno sensorialmente accesible” para quienes enfrentan dificultades en ambientes comerciales tradicionales.
“Los ambientes comerciales habituales —caracterizados por luces intensas, sonidos amplificados, pantallas intermitentes y ruidos constantes— resultan altamente estresantes o directamente imposibles de habitar para muchas personas con TEA o hipersensibilidad sensorial”, argumenta el proyecto en sus fundamentos. Esta situación, añade el texto, “no solo genera malestar físico y emocional, sino que restringe la posibilidad de realizar acciones cotidianas como comprar alimentos, adquirir medicamentos, asistir a una peluquería o disfrutar de una salida en familia”. La iniciativa subraya que la “Hora Silenciosa” no requiere una inversión económica significativa para los comercios, pero representa “un paso fundamental hacia una provincia más inclusiva, consciente y justa”.
El alcance de la ley es amplio y abarca comercios minoristas y mayoristas, locales gastronómicos, farmacias, peluquerías, centros de estética, librerías, estaciones de servicio, supermercados, shoppings, bancos y cualquier actividad que implique atención directa al público. Los comercios tendrán la flexibilidad de elegir los días y horarios para implementar la medida, siempre que se cumpla un mínimo de dos horas semanales en días hábiles, con una duración de al menos 60 minutos por jornada. Además, deberán informar al público sobre los horarios de la “Hora Silenciosa” mediante cartelería visible y accesible, tanto en los locales como en sus canales digitales.
La Secretaría de Comercio de la Provincia será la autoridad de aplicación, encargada de reglamentar la ley, fiscalizar su cumplimiento, promover campañas de concientización y crear un registro de “Comercios Sensorialmente Amigables” con distinciones públicas. El incumplimiento de la norma será sancionado con apercibimientos, multas progresivas o clausuras temporales en casos graves, garantizando siempre el derecho de defensa.
Abordaje integral
“La accesibilidad sensorial forma parte del concepto de accesibilidad universal, reconocido por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, destaca el proyecto, citando la Ley Nacional N.° 26.378. Asimismo, se alinea con la Ley Nacional N.° 27.043, que promueve un abordaje integral para las personas con TEA, enfatizando la necesidad de políticas públicas que fomenten la inclusión social. El texto también menciona experiencias exitosas en provincias como La Rioja y Santa Cruz, donde leyes similares han demostrado ser “aplicables, de bajo costo y con fuerte impacto social y simbólico”.
Con esta iniciativa, Tucumán busca posicionarse como pionera en la región, promoviendo una política pública que no solo garantice derechos fundamentales, sino que también “construya lazos de empatía, sensibilice a la comunidad y dé visibilidad a la diversidad neurológica”. Como señala el proyecto, “una sociedad accesible no es aquella que simplemente ‘tolera’ la diferencia, sino la que se transforma activamente para incluirla, alojarla y celebrarla”. La propuesta invita a municipios y comunas rurales a sumarse, consolidando un esfuerzo colectivo por una provincia más inclusiva.