Cada 11 de septiembre se celebra en la Argentina el Día del Maestro, en conmemoración al fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento en 1888. Considerado el “padre del aula”, fue un referente clave en la construcción de un sistema educativo público, gratuito y obligatorio, con fuerte énfasis en la formación docente.
Nacido en San Juan en 1811, Sarmiento tuvo una vida atravesada por la docencia, la política y el periodismo. Fue gobernador de su provincia, senador, y en 1868 alcanzó la Presidencia de la Nación, cargo desde el cual impulsó la creación de más de 800 escuelas, fundó bibliotecas y promovió políticas que multiplicaron la matrícula escolar en todo el país.
Su visión trascendió las fronteras: viajó a Chile, Estados Unidos y Europa para conocer modelos educativos y adaptarlos a la realidad argentina. Asimismo, convocó a maestras extranjeras para capacitar a docentes locales y consolidar una enseñanza moderna y accesible.
En esta fecha también se busca valorar la vocación, el compromiso y el esfuerzo de los docentes argentinos, quienes día a día enfrentan desafíos dentro y fuera de las aulas. Recordarlos en el Día del Maestro es reconocer que detrás de cada alumno hay un educador que deja huellas imborrables, y que su tarea es fundamental para construir futuro y ciudadanía.
El reconocimiento a su obra llevó a que, en 1943, durante la Conferencia Interamericana de Educación en Panamá, se estableciera oficialmente la fecha del 11 de septiembre como el Día del Maestro. Más de un siglo después, su figura sigue siendo símbolo del valor de la educación como motor del progreso social y de la igualdad de oportunidades.