
Noticias Argentinas difundió que Bolivia inició su nuevo ciclo parlamentario con un hecho inédito desde la recuperación democrática hace más de cuatro décadas: la Asamblea Legislativa 2025-2030 contará con mayoría absoluta de mujeres y ningún partido tendrá control pleno, lo que marca un cambio profundo en la dinámica política del país.
Esta configuración rompe con los ciclos previos. La izquierda tradicional, que dominó la agenda política durante dos décadas, quedó reducida a solo dos diputados del Movimiento al Socialismo (MAS), su mínimo histórico. En tanto, el Partido Demócrata Cristiano (PDC), que llevó a Rodrigo Paz a la Presidencia y a Edmand Lara a la Vicepresidencia, fue la fuerza más votada, aunque alcanzó apenas el 32% de los escaños, por lo que deberá construir alianzas para asegurar la gobernabilidad.
La sesión preparatoria dejó instalado un Parlamento sin mayorías absolutas, pero con un bloque femenino dominante que redefine el mapa político y las expectativas de poder. Organizaciones civiles destacan que esta mayoría femenina deberá traducirse en influencia real dentro de las estructuras de decisión técnica y política del Congreso, avanzando hacia una paridad efectiva no solo en representación simbólica sino también en poder real.
En total, la Asamblea estará integrada por 166 legisladores: 36 senadores y 130 diputados. Según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), 108 de ellos tienen más de 40 años, 13 son menores de 30 y el resto se ubica entre los 30 y 40 años, lo que da lugar a un cuerpo parlamentario con una composición mayoritariamente adulta y con trayectoria en la administración pública.
Entre los nuevos legisladores figuran ex ministros, ex viceministros, ex alcaldes, ex gobernadores, ex asambleístas departamentales y ex concejales, además de profesionales provenientes del ámbito académico. Llegan con agendas centradas en energía y litio, economía pública, políticas sociales, medio ambiente y reforma institucional.
En la Cámara Alta, 21 de los 36 escaños (58%) serán ocupados por mujeres, mientras que en Diputados alcanzan 66 de los 130 curules (50,7%). Con estas cifras, Bolivia se posiciona entre los países líderes del mundo en paridad legislativa.
Para organizaciones como la Coordinadora de la Mujer, el verdadero desafío será que esta mayoría femenina se traduzca en poder real dentro de comisiones clave, directivas y relatorías. Según su directora ejecutiva, Tania Sánchez, el foco estará en garantizar que las reformas económicas que se planteen consideren su impacto social y no avancen en detrimento de las mayorías.
Analistas advierten que la clave de la nueva etapa política no será solo el enfoque de género, sino la gobernabilidad. El gobierno de Rodrigo Paz deberá construir consensos en la Asamblea y atender demandas inmediatas de la población, como frenar la inflación, evitar desabastecimiento de combustibles y sostener la política de subsidios, según explicó el analista político Andrés Gómez.
En el plano legislativo, el Ejecutivo deberá pactar con la segunda y tercera fuerza parlamentaria. Ya se perfila una alianza parcial con Unidad, mientras que Libre anunció respaldo sin condiciones, aunque con autonomía para definir su conducta política en cada votación.
Gómez advirtió que será complejo ofrecer respuestas rápidas y sostenibles sin recurrir a medidas impopulares. Aun así, Bolivia llegará a la investidura presidencial del 8 de noviembre con un Parlamento operativo, aunque sin certezas sobre la conformación de mayorías. Se anticipa un escenario de alianzas flexibles por tema y por ley, marcando el fin de la lógica de bloques rígidos.
El dato político central de este nuevo ciclo, señalan los expertos, es que la noción de control partidario pierde vigencia. La gobernabilidad dependerá del consenso y el diálogo. Bolivia inaugura así un Congreso sin hegemonías, con mujeres en mayoría absoluta y con una izquierda relegada a un rol marginal, un giro que redefine el ADN institucional del país.