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CRIMEN EN ESTADOS UNIDOS

Habló el hombre que mató a puñaladas a una refugiada ucraniana y reveló el motivo del ataque

Desde la cárcel, el acusado explicó a su hermana que actuó bajo los efectos de delirios provocados por su esquizofrenia paranoide. La familia pide que no se lo condene a la pena de muerte y advierte que el Estado desoyó sus pedidos de ayuda.

Por Tendencia de noticias

12 sept, 2025 10:25 a. m. Actualizado: 12 sept, 2025 10:25 a. m. AR
Habló el hombre que mató a puñaladas a una refugiada ucraniana y reveló el motivo del ataque

El asesinato de Iryna Zarutska, una joven refugiada ucraniana que llegó a Estados Unidos escapando de la guerra, sigue conmocionando a la ciudad de Charlotte. Su agresor, Brown Jr., habló por primera vez desde la cárcel y aseguró que los supuestos “materiales” implantados en su cerebro lo obligaron a atacarla. “Ni siquiera conocía a la señora. Me lastimé la mano apuñalándola. Es aterrador, ¿no? ¿Por qué alguien apuñalaría a otra persona sin motivo?”, expresó en un llamado a su hermana Tracey.



La mujer reveló que su hermano, diagnosticado con esquizofrenia paranoide, vivía obsesionado con la idea de que el gobierno lo perseguía. Incluso llegó a amenazar a su propia familia, convencido de que eran parte de una conspiración. “Él rompió, no pudo más”, relató Tracey, quien recordó que habían intentado internarlo sin éxito por falta de tutela legal.



Tras cumplir una condena por robo, la salud mental de Brown se deterioró rápidamente. En enero fue arrestado por llamar al 911 denunciando un microchip en su cerebro, pero recuperó la libertad bajo palabra. “Pedía ayuda, pero nadie lo escuchó. No justifico lo que hizo, pero estaba enfermo”, lamentó su hermana. La familia ahora reclama que no se aplique la pena de muerte y se investigue el abandono estatal.



La historia de Iryna Zarutska refleja el costado más doloroso del crimen: llegó a Charlotte en 2022 con sueños de reconstruir su vida. Graduada en Synergy College de Kiev como artista y restauradora, trabajaba en una pizzería y soñaba con ser asistente veterinaria. El día del ataque volvía a casa con su uniforme de trabajo cuando Brown la apuñaló sin previo aviso en un vagón de tren. Su muerte dejó una herida profunda en la comunidad ucraniana y reabrió el debate sobre la atención a la salud mental en Estados Unidos.

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