
A partir de una nueva resolución firmada por el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, la Ciudad de Buenos Aires implementó la prohibición total de la pirotecnia ruidosa. Esta decisión transforma a la capital en una “zona calma libre de pirotecnia”, extendiendo una restricción que hasta ahora solo funcionaba de manera parcial en áreas protegidas y entornos hospitalarios. La medida responde a una demanda histórica de asociaciones de padres de chicos con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y agrupaciones proteccionistas de animales.
La normativa, impulsada por la Agencia de Protección Ambiental (APRA), veta específicamente cualquier elemento que genere estruendo o efectos audibles. Además, el decreto establece que el sector público porteño tiene prohibido el uso de este tipo de materiales en cualquier evento u espectáculo que organice. Con este cambio, se busca minimizar los episodios de taquicardia, desorientación y estrés agudo que los ruidos intensos provocan tanto en bebés como en adultos mayores y en la fauna urbana.
Anteriormente, la restricción solo regía en un radio de 100 metros alrededor de puntos sensibles como la Reserva Ecológica Costanera Sur, el Ecoparque y los centros de salud. Sin embargo, la nueva disposición unifica el criterio para todos los barrios de la Ciudad, sin distinciones. Solo quedarán exceptuados aquellos dispositivos destinados a señales de auxilio o los utilizados estrictamente por las Fuerzas de Seguridad y Defensa Civil en casos de emergencia o seguridad técnica.
La implementación de esta política busca generar un cambio cultural profundo en la forma en que los ciudadanos celebran las festividades y eventos deportivos. Al eliminar el uso de estruendos, Buenos Aires se alinea con las tendencias internacionales de bienestar animal y convivencia inclusiva. El cumplimiento de la norma será fiscalizado por los organismos de control porteños, quienes pondrán especial énfasis en evitar la comercialización y el uso de estos productos en todo el distrito.