El reconocido cantante de música regional mexicana Ernesto Barajas fue asesinado este martes en un violento ataque perpetrado en el municipio de Zapopan, en el estado de Jalisco. Según informó la fiscalía local, dos hombres en motocicleta le dispararon en plena vía pública, lo que provocó su muerte inmediata.
Barajas era oriundo de Culiacán, en Sinaloa, y se desempeñaba como vocalista de la banda Enigma Norteño, un grupo fundado en 2004 y con gran repercusión en plataformas digitales, donde supera los 4 millones de oyentes mensuales. Su asesinato se produce tres meses después de la masacre de cinco integrantes del grupo musical Fugitivo en Tamaulipas, lo que refuerza el contexto de violencia que atraviesa el país.
El ataque se da en medio de un fuerte debate sobre los llamados “narcocorridos”, canciones que suelen rendir homenaje a miembros de los carteles del narcotráfico.
Algunas autoridades locales, como el gobierno de Querétaro, prohibieron recientemente su interpretación en espacios públicos, mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum impulsa concursos musicales para fomentar letras libres de violencia.
México atraviesa una crisis de seguridad con cifras alarmantes: desde 2006, más de 480.000 personas fueron asesinadas en medio de la guerra contra el narcotráfico.
La muerte de Barajas, sumada a la de otros creadores de contenido como José Carlos González (“Fénix”) o Valeria Márquez, pone nuevamente en evidencia el impacto de la violencia criminal en la vida cultural del país.