
Un exhaustivo diagnóstico sobre la matriz agroproductiva tucumana, que evidencia la dependencia estructural al cultivo de la caña de azúcar, fue el punto de partida para una propuesta de diversificación que busca transformar la economía provincial. El trabajo, presentado por Juan Carlos Bautista Murillo, Juan Barrientos y Álvaro Blasco como proyecto final de la Especialización en Desarrollo Productivo y Políticas Públicas del Consejo Federal de Inversiones (CFI), propone incorporar tres cultivos estratégicos —palta, café y nuez pecán—, capaces de generar empleo, arraigo y nuevas cadenas de valor en el Noroeste Argentino.
El análisis inicial confirma la centralidad histórica de la caña. "Tucumán es una provincia esencialmente agrícola y esencialmente cañera desde hace más de un siglo", explicó Bautista Murillo. Los datos reflejan que aproximadamente "el 50% de la superficie implantada responde al cultivo de caña de azúcar" e involucra a "más de 4.500 pequeños productores de menos de 50 hectáreas". Tal es la magnitud de esta actividad que representa "aproximadamente entre el 5 y el 10% del producto bruto geográfico total", confirmando lo que los autores denominaron "la dependencia estructural de Tucumán al cultivo de carne de azúcar".

No obstante, esta dependencia se transforma en un problema al observar la dinámica del sector, ya que "la inestabilidad constante de los precios internos del azúcar sumado a los bajos márgenes que esto ofrece para los pequeños productores genera que muchos años estos no puedan cubrir sus costos y terminen quebrando, generando un círculo vicioso de estancamiento para toda la economía de la provincia".
Ejes de la diversificación
Ante este panorama, la propuesta de diversificación se centra en cultivos que ya demostraron viabilidad técnica y rentabilidad en la provincia. "Cuando estamos hablando de diversificar no hablamos de ideas abstractas, estamos hablando de tres cultivos que ya están en marcha y funcionando en la provincia: la palta, el café y la nuez pecán", aseguró Álvaro Blasco.
La palta se posiciona como una "ventana de oportunidad tremenda". Tucumán "lidera la producción nacional con precio competitivo". A diferencia de la caña y el limón, que exigen grandes escalas, la palta "con apenas 5 hectáreas puede ofrecer rentabilidad a los pequeños productores". Además, su valor no se limita a la fruta fresca, ya que Tucumán produce "aceite guacamole y también fruta congelada", lo que se traduce en "trabajo durante todo el año y más ingreso en origen".
El café es la "propuesta más disruptiva" del proyecto y ya se encuentra "probado en distintas zonas con distintos proyectos a lo largo y ancho de la provincia en zonas donde la caña nunca fue rentable". Los investigadores señalan que el 3% del pedemonte tucumano está hoy "desaprovechado y no produce nada y puede ser destinado para poder producir café de especialidad propio con calidad e identidad local". La oportunidad se agranda considerando que Argentina "importa cerca de 145 millones de dólares en café año al año".

En cuanto a la nuez pecán, este cultivo completa la terna estratégica, pues ya cuenta con "más de 400 hectáreas implantadas" en Tucumán y en el período 2019-2024 "cuadruplicó casi la producción". La ventaja clave de la nuez pecán radica en que "es apta para distintos suelos complejos a diferencia de la palta o el café", y se aprovecha integralmente, vendiéndose la "nuez mariposa, aceite leche vegetal y cosmético para para industria cosmética natural". Su estabilidad y resiliencia la convierten en una oportunidad fundamental para la provincia "en un contexto donde hoy hay incertidumbre".
Plan de reconversión
El plan de acción se orienta específicamente a la población más vulnerable del sector. El plan de reconversión productiva busca reubicar a los productores "de menos de 50 hectáreas", quienes representan el "90% de los productores cañeros y el 28% de la superficie total implantada en la provincia", explicó Juan Barrientos.
Este proceso se diseñó a diez años, distribuido en tres fases. El primer paso consiste en "identificar creando un registro único de beneficiarios" de esos pequeños productores, referenciados en "un mapa de calor por zona, tipo de suelo y acceso al agua".
El componente crucial del plan es la demostración de rentabilidad y viabilidad. Se busca demostrarles a los pequeños productores que los nuevos cultivos "son viables y son rentables" mediante la implementación de "casos testigos individuales y colectivos en donde vamos a aplicar en campo para probar la viabilidad de los paquetes técnicos financieros, los seguros para los agricultores, los financiamientos puentes y los cultivos posibles para el intercropping" (es la práctica de cultivar dos o más especies de cultivos simultáneamente en la misma parcela de tierra para mejorar la productividad, la biodiversidad y la resiliencia de los cultivos).

Asimismo, el éxito del plan radica en el "asociativismo". El proyecto propone crear "cooperativas de al menos cinco productores para que puedan migrar escalonadamente de cultivo y entre un 20 y un 25% por ciclo de cultivo manteniendo su cultivo tradicional para poder financiar con esto la transición".
Para coordinar esta estrategia, se propone crear la "unidad ejecutora de reconversión productiva" a cargo del gobierno provincial, esperando contar con el "acompañamiento técnico del Consejo Federal de Inversiones entre otras grandes instituciones".
Los autores concluyeron que la diversificación no implica "abandonar lo tradicional sino que es poder virar hacia otros cultivos complementarios". Destacaron que esta estrategia provincial busca llevar a Tucumán a otro nivel al generar "empleo, arraigo y desarrollo" y resulta fundamental para que la provincia "se inserte en nuevas cadenas agroindustriales". "Estamos convencidos de que Tucumán tiene una oportunidad y esa oportunidad tiene aroma a café, sabor a palta pero sobre todo tiene la versatilidad y la fortaleza del pecán", cerraron en su informe.