
El sector agropecuario argentino experimenta una notable mejora en su nivel de confianza, según los resultados de la última encuesta SEA realizada por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA). Con la participación de 1.450 empresarios y 228 asesores, el relevamiento cuatrimestral reflejó un salto significativo en el Índice de Confianza del Empresario Agropecuario (ICEA), que volvió a los 67 puntos y recuperó los valores registrados hace un año.
El principal motor del repunte son las mejores perspectivas sobre el rumbo de la economía argentina tras los comicios y la mayor estabilidad observada. El subíndice de expectativas futuras alcanzó su máximo desde marzo de 2016, mientras que la percepción sobre la situación actual permanece estancada.

“La recuperación del ICEA está fundamentada en la posibilidad de que el ordenamiento de la situación macroeconómica permita generar los cambios microeconómicos necesarios para mejorar la competitividad de los negocios y la sostenibilidad de las empresas, promoviendo así el crecimiento y desarrollo de las comunidades en las que operan”, explicó Ariel Angeli, responsable del área de Investigación y Desarrollo de CREA.
Pese al optimismo general, la disposición a invertir continúa en niveles bajos: solo el 29 % de los consultados considera que el momento actual es adecuado para destinar recursos a nuevos proyectos o ampliaciones.

Los excesos hídricos siguen siendo un obstáculo relevante. El 29 % de los productores reportó anegamientos que afectan, en promedio, el 24 % de su superficie productiva, con mayor incidencia en la provincia de Buenos Aires. “Más allá de la superficie que no se puede cosechar o sembrar por estar inundada, los anegamientos generan además disrupciones en sistemas ganaderos y lecheros, problemas sanitarios, impedimentos logísticos y complicaciones financieras, entre otros muchos problemas”, detalló Angeli.
De cara a la campaña 2025/26, los empresarios prevén un fuerte aumento del maíz tardío, junto con incrementos más moderados en maíz temprano y girasol. La soja será el cultivo que más área perderá, principalmente por precios relativos menos atractivos. No obstante, Angeli advirtió que “las proyecciones de área por sembrar podrían experimentar modificaciones en las próximas semanas en función de la disponibilidad de superficie que sigue afectada actualmente por anegamientos”.
El agro argentino vislumbra un horizonte más alentador, pero la consolidación de esa confianza dependerá de que las mejoras macroeconómicas se traduzcan rápidamente en condiciones concretas para producir e invertir.