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EL TEATRO DE LA DEMOCRACIA

En Diputados, de 160 horas de debate, 120 fueron de peleas, quejas y discusiones: "No están preparados, se cagan a trompadas"

Un informe de Colossus Lab revela que solo el 15-30% del tiempo en sesiones de Diputados se dedica a analizar proyectos de ley, mientras el resto se pierde en formalidades, discursos políticos y cuestiones de privilegio.

Por Tendencia de noticias

19 jul, 2025 01:09 p. m. Actualizado: 19 jul, 2025 01:09 p. m. AR
En Diputados, de 160 horas de debate, 120 fueron de peleas, quejas y discusiones: "No están preparados, se cagan a trompadas"

Un análisis exhaustivo de la firma Colossus Lab, que examinó 19 sesiones de la Cámara de Diputados entre el 31 de enero de 2024 y el 2 de julio de 2025, expone una preocupante ineficiencia en el trabajo legislativo. Según el informe, apenas entre el 15% y el 30% de las sesiones se destinaron a debatir sustantivamente los proyectos de ley convocados, mientras que entre el 70% y el 85% del tiempo se consumió en cuestiones procedimentales, homenajes, acusaciones políticas y discusiones ajenas al temario. “Esta ineficiencia no es solo un problema operativo o coyuntural. Es un reflejo de un diseño institucional que no está orientado a resultados ni al seguimiento del impacto legislativo”, sentencia el estudio.


Durante el período analizado, la Cámara baja celebró pocas sesiones, marcadas por debates intensos, alta polarización política y una duración promedio extensa. En total, se registraron más de 160 horas de debate, pero solo unas 40 se enfocaron en los proyectos pautados, como la Ley Bases, el Financiamiento Universitario, la reforma previsional, el presupuesto de la SIDE, la Boleta Única de Papel, el Presupuesto 2025, declaraciones de emergencia por desastres naturales y el acuerdo con el FMI por decreto. Las 120 horas restantes se diluyeron en temas como quejas por irregularidades legislativas, la ausencia de una Ley de Presupuesto para 2024 y 2025, discusiones sobre represión y la situación social, mociones de orden, debates reglamentarios y discursos generales sobre la coyuntura política y económica.


Voces legislativas


La diputada radical Karina Banfi, con una década en la Cámara, atribuye esta dinámica a un reglamento que no contempla instancias específicas para debates de coyuntura, a diferencia de otros congresos. “No tiene incorporada una instancia para debates de coyuntura, por eso se usa en una sesión todos los tipos de tratamientos parlamentarios como proyectos y temas de coyuntura”, explicó en declaraciones al diario Clarín. Banfi distingue entre el trabajo en comisiones, donde los proyectos se analizan con “razón”, y el recinto, descrito como “un teatro” donde priman “la fuerza numérica” y las posiciones políticas. Según la legisladora, muchos aprovechan el recinto para discursos que buscan viralizarse en redes sociales: “Ahora todos quieren hablar porque si no, no existís”. Además, lamentó la inactividad de las comisiones, que considera la etapa más crucial para el tratamiento de leyes.


Por su parte, Cecilia Moreau, de Unión por la Patria y expresidenta de la Cámara entre 2022 y 2023, señaló que “el debate parlamentario siempre ha sido acalorado, apasionado e incluso a veces muy intenso”, pero destacó una “degradación” reciente en el tono del debate, marcado por “resentimiento” y “odio”. Criticó el “ninguneo” del Ejecutivo al Congreso y el uso de decretos de necesidad y urgencia para evitar debates legislativos. “Antes, muchas de estas discusiones se daban en las comisiones que actuaban constantemente, pero al querer cerrar el Congreso y no hacerlas funcionar como deben, este debate se traslada al recinto”, afirmó.


Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, coincidió en que la falta de sesiones ordinarias fomenta discusiones sobre temas no incluidos en el temario. En 2025, las siete sesiones celebradas fueron “especiales”, fuera del cronograma habitual, lo que limita el debate sustantivo. Del Caño propuso sesiones más largas en días consecutivos, en lugar de jornadas maratónicas: “No podés prestar atención 24 horas seguidas”. También se opuso a limitar el tiempo de palabra en un contexto de pocas sesiones.


En Diputados, de 160 horas de debate, 120 fueron de peleas, quejas y discusiones:

El informe de Colossus Lab destaca el abuso de las cuestiones de privilegio, que consumen una porción significativa del tiempo. Una simulación realizada por el think tank sugiere que limitar estas intervenciones a ocho por sesión mantendría el tiempo dedicado a formalidades por debajo del 10% en el 95% de los casos. “El análisis empírico y la simulación convergen en que 8 cuestiones constituyen un límite razonable que concilia derecho de defensa y eficacia parlamentaria. Una democracia representativa no se fortalece solo con la cantidad de leyes que aprueba, sino con la calidad del tiempo que dedica a discutirlas”, argumenta el informe. Sin embargo, Cecilia Moreau se opuso a esta restricción, defendiendo las cuestiones de privilegio como un derecho fundamental de los legisladores para proteger sus fueros: “Me parece muy poco sano limitar el derecho de expresión”.


El estudio también revela que Unión por la Patria, con 98 de los 257 diputados, generó el 36,1% de las cuestiones de privilegio en 2025, seguido por el Frente de Izquierda, con un 13,9% pese a contar solo con dos legisladores.


Banfi criticó la llegada de “outsiders” al Congreso, señalando que “es lo peor que le han hecho a la democracia”. “No están preparados, se cagan a trompadas porque no tienen práctica política, no tienen formación en el debate político, creen que es una confrontación como si estuvieras manejando en la calle, no saben debatir”, afirmó, subrayando la necesidad de “más cultura política” para evitar que el debate se reduzca a “un videito” viral. Moreau, por su parte, lamentó que la política actual se base en “personalización constante” y en ver al adversario como “un enemigo”, en lugar de un interlocutor con ideas distintas.


Iniciativa por la eficiencia


Colossus Lab, impulsado por el diputado del PRO Martín Yeza, busca modernizar el diseño institucional con tecnología. Yeza, líder del consejo asesor del think tank, destacó que el informe permitió “ponerle número a la sensación de ‘nadie habla del tema que me importa’”. “Creemos que tenemos que medir la performance de los políticos con más estándares que su mera imagen o intención de voto”, afirmó, y anticipó que presentarán estas métricas en la próxima sesión. Para Yeza, una “democracia de calidad” requiere que los legisladores discutan los temas convocados, sin desviarse en formalidades o enfrentamientos estériles.

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