Un tablero en movimiento: el futuro político de San Martín tras la eliminación

El panorama en San Martín es difuso luego de la eliminación en la Primera Nacional. Un año que comenzó con ilusiones y terminó en frustración, con una caída tan previsible como dolorosa. Desde el regreso del plantel y la comisión directiva a Tucumán, el ambiente fue gris, y la decisión de adelantar las elecciones se tomó a una velocidad supersónica: el presidente Rubén Moisello apenas bajó del avión y soltó el fierro caliente —“haremos una reunión inminente para ver qué hacemos”—.

En un paso galopante, se resolvió adelantar los comicios de una dirigencia que había renovado sus mandatos apenas el año pasado. Sin embargo, detrás del apuro impulsado por el desánimo deportivo y el desgaste con el hincha, la idea ya se venía cocinando antes del duelo ante Deportivo Morón. Lo que parecía un anuncio inmediato se enfrió: el oficialismo analiza con lupa su próximo movimiento. A la espera de un candidato, reina el hermetismo. Desde las entrañas de La Bancaria saben que esta vez deberán mostrarse con un perfil más bajo. Por eso, el tiempo será un aliado antes de que aparezca el valiente dispuesto a ir al frente.

La intención es aclarar el panorama en la asamblea del 31 de octubre, donde lo que hoy son rumores podría convertirse en oficialización al día siguiente. En el otro rincón, las agrupaciones opositoras “Modernicemos San Martín”, liderada por Augusto Rodríguez, y “Movimiento San Martín 2030”, encabezada por Nicolás Nasrallah, mantienen conversaciones para alcanzar un consenso que les permita presentarse unidas.

Entre los nombres que empiezan a sonar, aparece un viejo conocido con ganas de volver a escena: Óscar Mirkin, ex presidente en 2014 e hijo de Natalio, histórico dirigente que dejó como legado el complejo que lleva su nombre. Mirkin no descarta ser la cara de una posible unidad. También asoma Pablo Kasem, integrante de la comisión fiscalizadora, como figura renovadora, aunque por ahora sin confirmación. ¿Y Daniel Galina? Por el momento se mantiene al margen, aunque no cerraría la puerta a regresar al ruedo institucional.

Las piezas comienzan a moverse. En San Martín, nada está dicho ni decidido. Se avecinan semanas de definiciones en un tablero político que buscará ordenarse entre fines de noviembre y comienzos de diciembre.