San Martín quedó eliminado con Gimnasia de Mendoza el 1 de diciembre. A partir de ahí, rápidamente se firmó la desvinculación de Diego Flores de su cargo de entrenador. Y tras la danza de nombres, todo parecía cerrarse en un viejo conocido: Rubén Forestello. "Yagui" tiene experiencia positiva en el club, tras ascender a Primera División en 2018. Y es de un perfil que le agrada la dirigencia, pero cuando solo faltaba la firma, aparecieron algunos detalles contractuales que hizo que Forestello dé marcha atrás hasta que se tome en cuenta esas consideraciones.
La comisión directiva optó por seguir hablando con otros entrenadores, y tras dialogar con Damonte, Nanni, Romagnoli, Oldrá, entre otros, el que más convenció fue Gustavo Coleoni, de reciente pasado en otro equipo de la categoría como San Miguel, y hombre de ascensos importantes. El problema es que al cordobés no le gustó ser segunda opción pero tras limar asperezas, llegó el momento de arreglar números, donde el ex DT de Central Córdoba pidió una cifra "excesiva" según los dirigentes y la brújula volvió a apuntar a Forestello.
Lo cierto es que los jugadores deberán presentarse a entrenar el 26 de diciembre y no hay un DT a la vista. ¿Será que se quieren aprovechar del pez gordo que significa San Martín y llevarse una buena tajada? o peor aún ¿El miedo escénico de lo que representa la institución es un mecanismo de defensa como excusa? Las interrogantes no paran de crecer, y por el momento, desde ese 1 de diciembre, nadie dio la cara como corresponde. Solo resta esperar.
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