Un informe interinstitucional avala la condición del agua en El Cadillal, pero exige un monitoreo permanente

La preocupación sobre el estado hídrico del principal reservorio de agua potable para el Gran San Miguel de Tucumán encontró una respuesta técnica y científica. El pasado 12 de diciembre se presentó, en la sala de sesiones del Honorable Consejo Superior, el informe clave elaborado por una comisión interinstitucional conformada por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) –a través de la Facultad de Ciencias Naturales–, la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) y la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno de Tucumán. El documento, resultado de diez meses de estudios intensivos, concluyó que la calidad del agua en el dique Celestino Gelsi (El Cadillal) es “muy buena”, pero subrayó la necesidad urgente de consolidar un sistema de monitoreo continuo.

A la presentación asistieron el rector de la UNT, Sergio Pagani; el presidente de la SAT, Marcelo Caponio; autoridades provinciales; y la Decana de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, Virginia Abdala.

El análisis multidisciplinario, que se centró en la evaluación de diversos parámetros ambientales, puso especial énfasis en la floración algal, en los efectos del cambio climático asociados al aumento de la temperatura del agua y en los riesgos derivados del crecimiento de algas sobre los recursos hídricos. Este trabajo se originó a comienzos de año, tras la firma de un convenio entre la UNT y la SAT, impulsado por la detección de la presencia habitual de algas en marzo, lo que motivó la decisión inmediata de recurrir a la Facultad de Ciencias Naturales para encarar un estudio profundo.

Tras un periodo de siete meses de diagnóstico biológico integral dentro de los diez meses totales de trabajo, el resultado confirmó la rigurosidad técnica y la buena condición del embalse. Abdala explicó que el informe fue el resultado de “un año de muestreos intensivos en los espejos de El Cadillal y La Angostura, con análisis realizados por especialistas en algas”.

Respecto a la potencial amenaza del crecimiento de cianobacterias, la conclusión brindó tranquilidad inmediata al señalar que "no existe un peligro inminente de floraciones algales". La decana precisó que, si bien “podría haber riesgos a futuro si no se actúa,” en el corto plazo la calidad del agua, “en relación con este aspecto, no presenta problemas”. Caponio destacó que la investigación permitió confirmar que “la calidad del agua del dique es muy buena”, enfatizando la necesidad de sostener un seguimiento continuo para evitar su deterioro.

El proceso y la exigencia de una política de Estado estratégica

El trabajo interdisciplinario tuvo como objetivo principal determinar la concentración de algas, identificar las especies predominantes y evaluar su potencial impacto en el ecosistema. Este diagnóstico no solo confirma la condición ecológica actual del embalse, sino que también generó un documento que propone la incorporación de tecnología específica destinada a mitigar el crecimiento de organismos naturales y fortalecer las tareas de monitoreo.

Las conclusiones obtenidas, catalogadas como "datos muy concluyentes" por el rector Pagani, son esenciales ya que permitirán a la SAT "no solo tomar decisiones adecuadas basadas en evidencia científica, sino también –y esa es la idea– seguir monitoreando y analizando la situación para alargar la vida útil del dique y lograr que el costo del tratamiento para la potabilización sea el menor posible y lo más eficiente posible”.

El punto central del informe, sostenido por todas las partes intervinientes, radica en la necesidad de transformar el esquema de trabajo actual en una estructura permanente. El presidente de la SAT fue categórico al enfatizar que “la principal conclusión es que esta comisión debe transformarse en un organismo permanente, articulado con la SAT y la UNT”. Caponio profundizó que esta iniciativa constituye “una política de Estado que no puede pensarse a corto plazo”, sobre todo considerando que El Cadillal “abastece al 40% de la población y al 60% de la actividad industrial vinculada a ingenios azucareros”.

Pagani coincidió en la necesidad de sostener y ampliar el monitoreo, manifestando que “este modelo debe replicarse en los otros diques de la provincia, como Escaba y Tafí del Valle”, y remarcó que se requiere "una comisión permanente, con financiamiento y equipamiento adecuado, como boyas de medición continua”. Asimismo, Pagani subrayó que la continuidad de la comisión resulta fundamental para ajustar los modelos matemáticos que combinan imágenes satelitales y muestreos directos, dado que “mientras más datos se obtengan, más precisas serán las predicciones y alertas tempranas sobre la calidad del agua”.

En función de las recomendaciones del estudio, la SAT ya está en proceso de adquisición de equipamiento específico, lo que incluye la instalación de una estación meteorológica terrestre y boyas meteorológicas con sondas multiparamétricas, además de equipos de GPS y sondeo. Estas herramientas facilitarán la realización de “monitoreos biológicos, físico-químicos y satelitales de manera conjunta, coordinada y dinámica”.

Finalmente, el presidente de la SAT confirmó que presentarán el informe al gobernador Osvaldo Jaldo, y solicitó que la Legislatura “también se involucre”. Además, adelantó que elevará la propuesta de convertir la comisión en un organismo permanente y pidió que el Parlamento “acompañe con financiamiento y respaldo normativo” para sostener y fortalecer el trabajo. Adicionalmente, como consecuencia de los resultados, la SAT solicitó al Consejo Federal de Inversiones (CFI) la elaboración del Proyecto Ejecutivo para la realización del Dique de Cola para sedimentos.