Rosendo Grobocopatel, politólogo y streamer, sacudió la opinión pública con un video de su canal de YouTube que se volvió tendencia, viralizándose rápidamente al ofrecer un crítico y detallado panorama sobre la actual situación de Tucumán. La provincia, cuna de la independencia argentina y semillero de líderes nacionales, se encuentra, según su visión, en un "estado de colapso social y económico".
El analista comienza su exposición, en las afueras de la Casa Histórica, recordando el glorioso pasado de la provincia: "en Tucumán nació el país, acá atrás mío se firmó la independencia y por mucho tiempo Tucumán fue una de las provincias líderes de la República Argentina. De Tucumán salieron Avellaneda, Roca y si le sumamos Alberdi, estamos hablando de que acá, desde Tucumán, se escribieron buena parte de las reglas del país". Sin embargo, contrapone esa historia con una cruda realidad actual: "pero hoy, Tucumán es un desastre, no solo la población está mal sino que no hay actividad económica, hay fábricas cerradas, hay quema de urnas en las elecciones, hay intendentes acusados de narcotráfico, casos de abuso sexual y abuso de la autoridad y el poder sigue siempre teniendo las mismas caras: es (Juan) Manzur, es (José) Alperovich, es (Osvaldo) Jaldo, son siempre los mismos". Grobocopatel se propone explicar "tres razones por las cuales Tucumán pasó de ser una potencia, a estar en plena y franca decadencia".
La primera causa de este declive, según el joven, radica en un sistema electoral corrupto que perpetúa a los mismos políticos en el poder. Desde el regreso a la democracia, "Tucumán estuvo más o menos siempre gobernada por la misma casta", siendo el caso de José Alperovich, quien "gobernó la provincia con una mano así bien apretada durante 12 años", el ejemplo más claro. La clave de esta permanencia es un sistema "donde el que maneja el aparato siempre gana".
El centro de esta problemática es la "ley de acoples", un "invento tucumano... pero este es un invento malo". Esta ley, explica, "da la posibilidad a diferentes candidatos a legisladores a acoplarse a los candidatos a gobernadores. Puede haber una infinita cantidad de listas legislativas acoplándose a uno, a dos o a tres candidatos a gobernadores lo cual hace que el cuarto oscuro sea un tremendo quilombo para el votante". El resultado es que, aunque el votante crea elegir algo diferente, "en realidad siempre estás votando a los mismos, porque por la ley de acople todo va al mismo lado". Esta situación llevó a extremos como que "uno de cada 84 tucumanos fue candidato en las últimas elecciones" y, en momentos de tensión, "hubo denuncias por fraude y se prendieron fuego literalmente urnas".
La segunda razón expuesta por Grobocopatel (hijo de Gustavo, uno de los empresarios agropecuarios más importantes del país, conocido como “el rey de la soja”) es una justicia controlada por el aparato político, que garantiza la impunidad. Afirma tajantemente que en Tucumán, "la justicia no es independiente, es parte del aparato político gobernante". Como ejemplo paradigmático, cita el caso de Daniel Leiva, presidente de la Corte Suprema Provincial, quien fue grabado "frenando una causa contra un legislador", en alusión a Ricardo Bussi. Lejos de ser investigado, "destituyeron al juez que lo denunció" (Enrique Pedicone). Grobo subraya que "no es tierra de nadie, es tierra de también un conjunto de corruptos que gobierna y usa este sistema a su favor".
La impunidad es un sello distintivo, ya que "los últimos 13 años solo el 0,5% de las denuncias de corrupción llegó a algún lado". Incluso el exgobernador Alperovich, quien fue condenado por abuso sexual, fue "intocable" durante 16 años, protegido por "el mismo sistema que protege hoy a Leiva, el mismo sistema que destituye jueces honestos y premia a los jueces que colaboran con el régimen".
Finalmente, el analista aborda el estancamiento económico de décadas, impulsado por la dependencia del empleo estatal y la informalidad. A pesar de ser "una de las provincias más chicas del país pero al mismo tiempo es una de las provincias más densamente pobladas", Tucumán "está estancada económicamente hace décadas". El problema central es que "el empleo está generado por el Estado". Aunque el empleo público no sea intrínsecamente negativo, "muchas veces empleo público se usa para controlar a la gente o muchas veces se usa a costa de que crezca el sector privado".
El Estado "ocupa un rol central, casi te diría hipertrofiando el resto de las actividades", mientras que la otrora potente industria azucarera "ha ido cayendo de alguna manera en productividad, ha ido cayendo en dinamismo". Aunque los tucumanos son "muy buenos comerciantes", gran parte de ese comercio "se hace en negro, al margen de la ley", resultando en "una economía que no crece, que no genera trabajo genuino y que en muchas instancias termina dependiendo del Estado". A pesar de este panorama, el streamer rescata ejemplos de éxito como San Miguel, una empresa líder en producción y exportación de limón, y sectores con potencial como el biotanol, el cannabis industrial y la economía del conocimiento, destacando que muchos de estos "funcionan lejos del Estado, lejos de la política y por ende lejos de las extorsiones y de la posible corrupción".
Casta política peronista enquistada
Grobocopatel enfatiza que el problema no son los nombres propios sino "el sistema que ellos construyeron", una "máquina de corrupción y de retraso". Describe a esta fuerza como "una casta política peronista que lleva 40 años en el poder en connivencia con ciertos sectores del radicalismo que hacen de oposición amigable, es una oposición que ladra pero nunca muerde".
Esta "maquinaria" controla prácticamente todo: "manejan el Poder Ejecutivo, así deciden quién cobra y quién no, manejan la Legislatura, manejan también la justicia, manejan los subsidios, los contratos y la verdad que manejan todos los negocios". Es un "círculo perfecto: ellos crean, ellos administran y ellos se enriquecen; mientras Tucumán se hunde, ellos flotan". Más aún, "ellos precisan que Tucumán siga así porque si Tucumán progresa, ellos pierden el control".
Para salir de esta situación, el analista propone una serie de medidas drásticas. Primero, es crucial "romper el sistema electoral tremendamente trucho". Pide "terminar con la ley de acoples" para que se vote "limpio como se vota en la mayoría del país: vos votas una persona y gana la persona más votada no el que más amigos tiene o el que más internas falsamente inventa".
En segundo lugar, urge una "reforma constitucional" y una "reforma institucional más amplia" que garantice la "independencia judicial de verdad", eliminando la potestad del gobernador de elegir a todos los jueces. También demanda un "límite a la reelección, no puede ser que se eternicen los mismos de siempre". En resumen, "el gobierno no puede ser dueño del Poder Ejecutivo, del Legislativo, del Poder Judicial, manejar la justicia, manejar hasta el club de bocha, manejan todo".
Como tercer punto, el Estado "no puede seguir siendo el mayor empleador de la provincia". Se debe fomentar la inversión privada, "bajar impuestos", "atraer a nuevas empresas al Tucumán" y "que nazcan nuevas empresas de tucumanos para que venga trabajo genuino de calidad". El objetivo es que "cualquier tucumano pueda laburar sin tener que pedirle permiso al poder político de turno".
Finalmente, Grobocopatel destaca la "necesidad muy grande de la construcción de algo que se llama esfera pública", un espacio "donde se converse sobre los problemas". Lamenta la "carencia a la esfera pública tucumana" y la falta de compromiso de una "cierta intelectualidad en Tucumán que le está esquivando a hacerse cargo de ese proceso de reflexión".
El análisis refiere también a la "legislatura más cara de la República Argentina", y encendió el debate sobre el futuro de una provincia con un pasado fundamental para la nación, pero cuyo presente es calificado de "grave" y en "franca decadencia".