
Las lluvias de las últimas horas, en particular en la zona de Vipos y en Trancas, trajeron algo de alivio. Ocurre que la situación del dique El Cadillal llegó a ser límite en el cierre de noviembre: producto de la sequía, la cota del embalse bajó a niveles peligrosos para el abastecimiento de agua potable a la población. Otro dato tornó aún más angustiante lo sucedido: el nivel del Celestino Gelsi cayó muy por debajo del promedio de los últimos 25 años para esta época del año.
Tendencia de Noticias accedió a informes oficiales de la Hidroeléctrica Tucumán, que dan cuenta del comportamiento del dique a lo largo de 2025 y en comparación con años anteriores. Allí queda en evidencia que, hasta la semana pasada, la cota había caído a 592 metros sobre el nivel del mar, cuando en la misma época del año pasado había estado por encima de los 594 msnm. Es decir, dos metros menos de agua acumulada. La situación fue exasperante para los operadores. "El Cadillal venía cayendo 10 centímetros por día en su caudal debido a la gran demanda por las altas temperaturas, y eso no se reponía porque no había lluvias en el norte, de donde vienen los ríos que abastecen al embalse", graficó una fuente del sector con acceso a las estadísticas. Los principales afluentes son el Vipos, Choromoro y Salí.
La bajante a los 592 metros también expone el cambio en las condiciones climáticas de la región, ya que está muy debajo del promedio de los últimos 25 años. Hacia fines de noviembre, la cota promedio de este período se ubicó entre los 596 y 597 metros sobre el nivel del mar. En efecto, los datos oficiales del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep) muestran que El Cadillal registró una cota de casi 595 metros al comenzar el mes; es decir, perdió casi tres metros de agua a lo largo de noviembre.

"Es una cota baja, pero no es para alarmarse porque además las perspectivas son de buenas lluvias en la región para los meses de verano", trató de llevar tranquilidad un funcionario del Gobierno. Recordó que la situación, en algún momento, hizo recordar a la sequía de 2023, cuando El Cadillal cayó por debajo de los 590 metros. "Estas lluvias evitaron que se llegue a esa situación", se alivió.
También evalúan en el Gobierno que la construcción de más pozos de agua por parte de la Sociedad Aguas del Tucumán (se han perforado 47, 29 de ellos en la capital) permitió disimular en gran medida la sequía en el embalse.
Otro hecho que permitió frenar la pérdida de agua fue la culminación, hace un mes, de las obras de reparación de la presa lateral N° 3. Como se recordará, en 2023 la Provincia asumió con fondos propios los arreglos en el paredón, para frenar las filtraciones en el dique. Estos daños impedían el aprovechamiento de la cota máxima del dique. "Ahora vamos esperamos ver cómo reaccionan los arreglos cuando el embalse pueda acumular agua", plantearon en el Ministerio de Obras Públicas.
Por estos trabajos, el Gobierno desembolsó una suma de casi $ 12.000 millones, que ahora reclama judicialmente a la concesionaria del Complejo Hidroeléctrico Celestino Gelsi.