Los equipos argentinos volvieron en este 2025 a ser protagonistas de las competencias continentales. Racing se metió en semifinales de la Copa Libertadores, y Lanús hizo lo propio en Copa Sudamericana, al empatar 1-1 con Fluminense en el Maracaná. Sin embargo, este partido se vio algo opacado por la violencia en las tribunas; más concretamente, la brutal represión de la Policía de Brasil contra la hinchada "granate".
Tras ganar 1-0 sobre la hora en su cancha, Lanús viajó a Rio de Janeiro sabiendo que un empate le alcanzaba. No obstante, el "Flu", agrandado ante su gente, se puso en ventaja a los 20 minutos, con un tanto de Agustín Canobbio, e igualó transitoriamente la serie.
El segundo tiempo demoró en reanudar. Y fue, justamente, por los incidentes. La Policía local, que suele tener conflictos con las hinchadas visitantes, reprimió a la hinchada de Lanús que se ubicó en una de las tribunas superiores, utilizando gases lacrimógenos y palos. Gran parte de los fanáticos argentinos debieron abandonar la zona.
Al ver el escenario, los jugadores de Lanús se negaron a comenzar el segundo tiempo, y el árbitro venezolano Jesús Valenzuela acompañó la decisión. Tras 21 minutos de demora, la segunda mitad comenzó, con el ambiente un poco más tranquilo, pero todavía muy tenso.
Aunque el equipo local tuvo chances para estirar la ventaja, finalmente fue Lanús el que consiguió el gol que valió una clasificación: a los 22 minutos del complemento, Dylan Aquino, tras una gran combinación con Marcelino Moreno, definió ante la salida de Fabio para el 1-1 definitivo.
De esta forma, el equipo de Mauricio Pellegrino se metió entre los cuatro mejores del torneo, y sueña con el título. Su próximo rival saldrá del duelo entre Universidad de Chile y Alianza Lima, que tras el 0-0 en Perú en la ida, definirán mañana en Santiago la serie.
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