Boca confirmó su levantada con una victoria 2-0 ante Banfield en la Bombonera que, más que tres puntos, dejó sensaciones de solidez y convicción. El equipo de Miguel Ángel Russo muestra una versión más intensa y asociada: presión alta sostenida, línea de cuatro bien adelantada y un Paredes liberado para conducir. De a poco, el plan se nota en la cancha y también en el marcador.
El dominio xeneize fue nítido durante largos pasajes, aunque le costó romper el cero. Lo consiguió a los 9 minutos del segundo tiempo: Leandro Paredes metió un pase quirúrgico para Aguirre, que bancó la marca y colgó un centro al corazón del área; allí apareció Merentiel, amagó, dejó en el camino al arquero Sanguinetti y definió con el arco libre para el 1-0. La ventaja premió la paciencia y la circulación que Boca venía insinuando con Palacios como buen socio en tres cuartos.
El cierre llegó más tarde, a los 36’ del complemento, en una jugada preparada que terminó de encaminar el resultado. Córner de Paredes al primer palo, cabezazo de Battaglia al travesaño y el rebote perfecto para Edinson Cavani, que empujó y sentenció el 2-0. El uruguayo se sacó la mufa y coronó una noche en la que el equipo no sólo compitió, sino que también jugó y generó.
Tras el triunfo, Cavani remarcó la fórmula: trabajo, constancia y disciplina para sostener la regularidad y pelear alto. Con esta victoria, Boca alimenta su confianza y tendrá la chance de seguir creciendo cuando visite a Aldosivi el domingo 31 de agosto, a las 14:30, en Mar del Plata.
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