Años después del caso que marcó su vida, Julieta Silva volvió a quedar en el centro de la escena judicial y mediática. Esta vez, no por la condena por la muerte de Fortunato, sino por la denuncia por violencia de género que le realizó su esposo, Lucas Giménez, y que derivó en su prisión domiciliaria.
En diálogo con Telenoche, Silva afirmó que durante su relación sufrió extorsiones con videos íntimos, amenazas con quitarle a su hija y episodios de humillación pública. “No podía salir de la relación porque él tenía grabaciones mías y me chantajeaba con mostrárselas a mis hijos”, relató.
La mujer también recordó escenas de maltrato en reuniones sociales, donde su esposo la sometía a situaciones de violencia frente a terceros. Además, sostuvo que su antecedente penal fue usado en su contra como herramienta de manipulación:
“Él sabía que yo tenía más para perder”.
En la entrevista, Silva volvió sobre la muerte de Fortunato, el episodio por el cual cumplió más de tres años de condena. Aunque aseguró haber pagado ante la Justicia, reconoció que el estigma social la persigue desde entonces. “Sigo siendo ‘la asesina’. Mis hijos crecieron con ese rótulo”, lamentó.
Pese a haber denunciado en varias ocasiones a su esposo por violencia, sostuvo que esas presentaciones “fueron archivadas”, mientras que la denuncia de Giménez sí prosperó. “Nunca tuve tranquilidad para declarar. El miedo me paralizó”, expresó.
Al finalizar, Silva se definió como “una mamá protectora y trabajadora” y reconoció que vive con miedo, aunque insiste en que debe continuar por sus hijos.