
River Plate sufrió un nuevo golpe en su temporada al quedar eliminado de la Copa Argentina a manos de Independiente Rivadavia. En un partido intenso disputado en Córdoba, el equipo de Marcelo Gallardo no logró imponer su jerarquía y terminó cayendo por penales tras igualar sin goles en los 90 minutos reglamentarios. La gran figura fue Ezequiel Centurión, arquero del conjunto mendocino, que tuvo una actuación decisiva frente a su ex club.
Durante el tiempo regular, el Millonario generó las oportunidades más claras, pero se topó con un Centurión inspirado y una defensa sólida que resistió cada intento. En el tramo final, Giuliano Galoppo, que había ingresado desde el banco, estuvo muy cerca de marcar con un cabezazo que el arquero despejó con una reacción espectacular. Esa intervención fue la última jugada de riesgo antes de la definición desde los doce pasos.

En la tanda de penales, River comenzó con el pie torcido: Miguel Borja falló su ejecución inicial. Luego convirtieron Colidio, Meza y Montiel, aunque Galoppo no pudo anotar. Del otro lado, Independiente Rivadavia mostró una efectividad total: Luciano Gómez, Sartori, Studer y Villa convirtieron sus remates, siendo este último —ex Boca— quien selló la clasificación con un disparo potente que dejó sin opciones a Armani.
La derrota dejó a River sin competencias internacionales ni nacionales en el año, con el único objetivo de asegurar su ingreso a la próxima Libertadores a través de la tabla anual. En contrapartida, Independiente Rivadavia festeja una gesta inolvidable: disputará la final ante Argentinos Juniors, en busca del título más importante de su historia, impulsado por el temple de Centurión y la fe de un grupo que creyó hasta el final.

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