“Male y José; donde sea, como sea, pero contigo…”: la boda que Alperovich celebrará en su prisión domiciliaria

El exgobernador de Tucumán José Alperovich volverá a ser noticia el próximo 27 de noviembre, cuando contraiga matrimonio con la mediática tucumana Marianella Mirra en su departamento del exclusivo barrio porteño de Puerto Madero. El lugar elegido para la ceremonia, que será íntima y con un número reducido de asistentes, es el mismo donde, según la Justicia, ocurrieron parte de los abusos sexuales contra su sobrina y exsecretaria, por los que fue condenado a 16 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

La boda fue autorizada por el tribunal que supervisa el cumplimiento de su prisión domiciliaria y se realizará al atardecer, con la presencia de entre 20 y 30 invitados. Según pudo reconstruir Tendencia de Noticias, las invitaciones digitales fueron enviadas esta semana por la propia Mirra. En ellas se incluye un video con detalles del encuentro, acompañado por la frase que encabeza la tarjeta virtual: “Male y José; donde sea, como sea, pero contigo…”

La invitación —a la que accedió en exclusiva Tendencia de Noticias— sorprendió a varios de los destinatarios al llegar directamente a sus teléfonos. En algunos casos, el propio Alperovich llamó personalmente a invitados especiales, a quienes se les solicitó el número de DNI para tramitar la autorización judicial correspondiente y permitir su ingreso al edificio donde se realizará la ceremonia y el cóctel posterior.

Fuentes cercanas a la pareja confirmaron que la novia invitó a su madre y a su hermano, y que habrá padrinos y testigos de la unión. Desde el entorno de Alperovich se mantiene un estricto hermetismo, aunque allegados anticipan que será un encuentro breve y discreto, organizado dentro de los límites que impone su situación judicial.

Fin a una relación de casi medio siglo

La boda llega pocas semanas después de que Alperovich firmara su divorcio de la exsenadora Beatriz Rojkés, con quien estuvo casado durante más de cuarenta años, aunque desde hace tiempo venían separados de hecho, aún antes de que el exgobernador sea enviado a prisión. Según pudo reconstruir este medio, el exgobernador comunicó la decisión a sus hijos la semana pasada, y la noticia no fue bien recibida. Lo habrían tildado de “traidor” por el desplante hacia Rojkés, quien lo acompañó en los últimos meses, incluso en la puerta del penal junto a sus nietos, cuando se dispuso su salida bajo prisión domiciliaria.

Durante una de esas visitas, la exsenadora le habría dicho que lo “perdonaba por todo” y que le dejaba “el camino libre para hacer lo que quisiera”. En ese contexto, allegados a la familia contaron que Mirra ha estado presente de manera constante desde entonces, y que durante las visitas familiares ella cocina y comparte mates con el exgobernador.

Alperovich, según confirmaron personas de su entorno, se encuentra en mejores condiciones físicas que durante su tiempo en el penal. Un amigo aseguró a Tendencia de Noticias que el exmandatario lleva cincuenta días sin fumar, mantiene una alimentación saludable y recibe periódicamente a sus hijos y nietos en el domicilio donde cumple la condena.

El también exsenador nacional fue hallado culpable tras un juicio de cuatro meses, en el que se lo declaró autor de abuso sexual simple reiterado en tres oportunidades, dos hechos en grado de tentativa y otros seis con acceso carnal. Los ataques fueron cometidos entre 2017 y 2018, en Tucumán y Buenos Aires, y tuvieron como víctima a su sobrina y exsecretaria, quien lo denunció por haberla sometido bajo un vínculo de subordinación y poder.

Aunque el enlace es formalmente legal, se concretará bajo la sombra del fallo judicial que marcó un antes y un después en la política tucumana. La decisión de celebrar la unión justamente en el lugar donde ocurrieron parte de los abusos no pasó desapercibida y generó fuertes reacciones por el simbolismo que representa.

La historia de “Male y José”, como se presenta en la invitación, tendrá su capítulo más reciente bajo la custodia judicial y el eco de una condena que aún resuena en la sociedad tucumana.