Guillermo Acosta salió a aclarar la situación y apuntó contra el dirigente Ignacio Golobisky

La calma no llegó aún al "Decano". Lo que empezó como un rumor sobre la no concentración y se convirtió en un escándalo institucional, terminó con un vestuario herido y una hinchada enardecida. En ese contexto, Guillermo Acosta decidió dar la cara. El capitán y referente de Atlético Tucumán rompió el silencio para contar su versión de lo ocurrido, con la firmeza de quien lleva doce años defendiendo los colores del club. “Lo que vivimos el lunes no lo había vivido nunca. Salimos a calentar y ya nos estaban silbando. Me dolió muchísimo”, confesó.

El “Bebé” no esquivó responsabilidades futbolísticas —“no jugamos un buen partido, me hago cargo”—, pero apuntó directamente al corazón del conflicto: la dirigencia. “Tuvimos una reunión el sábado con Mario Leito y con Ignacio Golobisky, y se había acordado que todo quedaba puertas adentro. Sin embargo, él salió a hablar antes del partido. Eso generó todo. Se quisieron salvar ellos y nos expusieron a nosotros”, lanzó con dureza.

Acosta, que suele ser medido en sus palabras, esta vez habló sin filtros. “Yo siempre le dije que esas cosas deben quedar en el club, pero no lo entendieron. Por eso ahora pido que el señor Golobisky tenga palabra y salga a pedir disculpas. Porque la gente tiene que saber quién rompió el acuerdo. Lo hizo para cuidarse él, porque se vienen las elecciones. Están más preocupados por eso que por lo que pasa en el club”, denunció el capitán.

En medio del enojo, Acosta también buscó despejar rumores. Desmintió categóricamente que el entrenador Lucas Pusineri haya sido despedido. “Estuve recién con él, está acá adentro. No entiendo de dónde salió eso. Hablamos de cosas personales, y en ningún momento me dijo que se iba. Nosotros estamos bien con Lucas. Él acompañó lo que el plantel decidió, pero no hay ningún conflicto con él”, aclaró, echando por tierra las versiones que circularon en las últimas horas.

El referente decano también se tomó un momento para remarcar que el reclamo del plantel no tiene que ver con lo económico, sino con el día a día dentro del club. “No era un tema de plata. No queremos premios ni dinero. Queremos respeto, un mejor trato hacia nosotros, hacia los empleados, los médicos, la gente que trabaja todos los días. Ese fue el motivo. No nos interesa el dinero, queremos que se nos valore como personas”, explicó.

A pesar de la tormenta, el capitán destacó la presencia de Miguel Abbondándolo, quien se acercó al plantel para intentar calmar las aguas. “Habló con nosotros, trató de tranquilizarnos. Dijo que el presidente va a venir entre mañana y pasado para hablar cara a cara. Ojalá así sea, porque hay muchas cosas que deben resolverse puertas adentro”, sostuvo Acosta, dejando claro que la herida aún está abierta.

Antes de cerrar, el símbolo decano dejó un mensaje a los hinchas. “Nos dolió muchísimo lo que pasó. Entendemos su enojo, pero también queremos que sepan que nunca fue nuestra intención faltarle el respeto a la gente ni al club. Esta semana será dura, sin dudas, pero ya pensamos en lo que viene. Nos quedan tres partidos y el sueño de meternos entre los ocho sigue vivo. Nos vamos a levantar”, aseguró.