
Ángel Di María volvió a demostrar que su regreso a Rosario Central no fue un simple gesto de amor al club, sino una apuesta deportiva de alto impacto. En Córdoba, el campeón del mundo fue nuevamente el faro del equipo de Ariel Holan, que venció 3-1 a Instituto y consolidó su liderazgo en el Torneo Clausura. Con un gol y una asistencia, Fideo volvió a ser determinante para un Canalla que acumula seis victorias consecutivas y no detiene su marcha hacia el título.
El desarrollo del partido fue adverso al inicio, con Instituto imponiendo condiciones y abriendo el marcador a través de Jhon Córdoba. Sin embargo, Central reaccionó rápidamente y encontró el empate en los pies de Ignacio Malcorra, tras una acción iniciada por Di María. Desde ese momento, el número 11 asumió el control creativo del juego, moviéndose con libertad y generando peligro constante en campo rival.

En el complemento, el rosarino marcó la diferencia: encaró desde la derecha, ingresó al área y fue derribado por Lucas Rodríguez. El árbitro sancionó el penal, y el propio Di María se encargó de transformarlo en gol con un toque sutil que descolocó al arquero Roffo. Fue su séptimo tanto en el campeonato, alcanzando así la cima de la tabla de goleadores y ratificando su eficacia desde los doce pasos, donde ya acumula 15 ejecuciones sin fallar entre club y selección.
La frutilla del postre llegó poco después, cuando Fideo ejecutó un tiro libre milimétrico que encontró la cabeza de Iván Ovando para sentenciar el resultado. Al finalizar, el capitán —distinción que recibió a pedido de Jorge Broun— destacó la unión del plantel y el esfuerzo colectivo: “Acá no hay estrellas, hay un grupo que deja todo por la camiseta”. Su mensaje reflejó el espíritu de un equipo que sueña con una vuelta olímpica y tiene en Di María a su líder indiscutido dentro y fuera del campo.

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